La cita para una mamografía tarda 235 días en Salamanca, 40 veces más que en Valladolid
En consultas con el especialista, el récord lo tienen neumología y oftalmología en Soria, con 526 y 302 días de demora media / Nefrología y angiología en el complejo salmantino superan los 200
Las listas de espera para una prueba diagnóstica y para una consulta externa revelan grandes diferencias entre unas provincias y otras. La brecha es abismal para las mamografías, que conllevan 235 días de espera en el complejo asistencial de Salamanca y 105 en Miranda de Ebro, mientras en el Clínico de Valladolid se realizan en menos de una semana y en Zamora en nueve días.
Los datos de listas de espera correspondientes al primer trimestre de 2021, recién publicados por la Consejería de Sanidad, reflejan que el año de pandemia no ha ayudado a corregir las desigualdades en el acceso a una asistencia sanitaria entre unos hospitales y otros. Para una ecografía, un paciente aguarda 114 días en Burgos y 110 en Salamanca, frente a los 19 de Soria y León. En cuanto a las resonancias, la tardanza asciende a 250 días en el hospital Clínico de Valladolid y 136 en Segovia, pero en Burgos los pacientes son citados en sólo seis jornadas. Y un TAC se demora de media 147 jornadas en Soria y 108 en Palencia pero sólo 11 en Salamanca.
En cuanto a las citas para ser vistos por un especialista, en diez servicios de Castilla y León la espera supera los seis meses. El récord lo tienen dos especialidades de Soria: neumología, con 526 días, y oftalmología, con 302. Le siguen dos servicios de Salamanca: nefrología y angiología, con 227 y 217 jornadas de espera, respectivamente. También se sitúan por encima de los 200 días oftalmología y ginecología del hospital del Bierzo.
Los datos son reflejo de los diferentes ritmos de actividad asistencial en cada uno de los hospitales públicos pero también a la aplicación de distintos criterios en cada centro de gestión a la hora de incluir a los pacientes en sus respectivos registros de listas de espera.
En León, por ejemplo, llama la atención que sólo seis mujeres estén en la lista de espera estructural para una mamografía pero que sean más de un millar las que no figuran en esa foto oficial porque su cita ha sido ‘aplazada por criterios clínicos’. O que los médicos allí hayan postergado 2.702 ecografías , sacando a todos esos pacientes de una cola oficial donde sólo constan 179 personas en espera para esa prueba. O que en Bierzo ‘sólo’ computen 538 personas en lista para alguna de las cuatro pruebas diagnósticas, mientras sean seis veces más (3.094)las que quedan ‘escondidas’ por esos miles de aplazamientos ‘con criterios clínicos’.
Un indicador de que los registros reflejan la demanda real de cada hospital es que el número de pacientes en lista estructural suponga un porcentaje muy mayoritario sobre la cola total, ya que el número de personas en espera por aplazamientos voluntarios o clínicos deberían ser residuales sobre la cifra total.
En este sentido, es elevada esa proporción para pruebas diagnósticas en Segovia (donde el 83% de los pacientes están en la lista oficial), Zamora (79%), Soria (73%), Burgos (67%), el Clínico de Valladolid (67%), Salamanca (61%) y Palencia (52%). Lo contrario sugiere que la espera visible resulte sólo la punta de un iceberg de mayores dimensiones y oculto, como sucede en Bierzo (donde sólo el 15% de la lista real está en espera estructural para una prueba), el Santos Reyes (12%), el complejo de la ciudad de León (5%) y el Santiago Apóstol (con un pírrico 1%).
En cuanto a la lista para una primera consulta externa, en Castilla y León figuran 147.497 personas en la lista oficial, que suponen el 68% de todos los que en realidad están pendientes de una cita, con una demora media de 79 días en la Comunidad. Por encima de ese porcentaje autonómico se sitúan los hospitales de Bierzo (11.270 pacientes en la lista oficial, el 90% del total, con una demora media de 139 días), Segovia (3.767 personas, el 89% del total y 44 días de espera), Soria (6.023 inscritos, el 88%, con 209 días), Zamora (8.385 pacientes, el 81%, que agurdan 75 días de media), Medina del Campo (2.154 personas, el 78% y 52 jornadas), Burgos (26.883, el 75% y 103 días), el Río Hortega de Valladolid (13.674 personas, el 72%, 30 días) y Ávila (5.828 pacientes, el 68% y una demora de 26 días).
Por debajo de la media en Castilla y León, porcentajes más escasos recogen el Clínico de Valladolid (13.799 personas, el 65%, con 39 días de espera media para la primera consulta), el complejo de Salamanca (15.005 personas, el 62%, 103 jornadas), el de León (18.616 personas, el 56% y 25 días), el hospital Santos Reyes (4.520 ciudadanos, el 53% de la lista total y 61 días de espera), el Santiago Apóstol (3.547, el 50%y 108 jornadas)y el complejo de Palencia (con 14.026 pacientes pendientes de ser citados, el 44% de la lista total, con 53 días de espera).
Con el cambio de legislatura, el nuevo equipo de la Consejería de Sanidad se propuso unificar los criterios de inclusión en las listas de espera, al constatar que cada hospital venía aplicando unos parámetros distintos, lo que en la práctica podría estar siendo utilizado para maquillar las cifras oficiales. Así lo indicó el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, en verano de 2019, cuando por primera vez se publicaron los datos totales de listas de espera, no sólo los de la estructural, precisamente para mostrar las diferencias que el nuevo Gobierno se proponía corregir.
De momento, Sanidad no ha podido poner remedio a esa variabilidad entre unos centros y otros. La consejería de Verónica Casado se ha limitado a incorporar a la publicación de los datos una advertencia:que los datos «presentan diferencias en el registro que afectan a su homogeneidad, validez y representatividad» porque existe una «falta de criterio homogéneo en el procedimiento de gestión de la cita entre los hospitales de la Comunidad».
Con el objetivo de que los datos reflejen con fidelidad la situación de cada centro para ajustar la toma de decisiones, el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea anunció que la Consejería de Sanidad publicaría más información detallada sobre el rendimiento y la actividad hospitalaria. Incluso, que los datos descenderían al detalle de lo que sucede en cada servicio y quirófano, sin que por el momento haya cristalizado este compromiso en materia de transparencia.