Diario de Castilla y León

Casado siembra el caos y deja a miles de ciudadanos a las puertas de la vacunación

La consejera suspende la vacunación con AstraZeneca «por precaución» minutos antes de la tercera jornada masiva que convocó a 8.000 personas en toda la Comunidad y tras haber administrado miles de dosis

.- ICAL

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Publicado por
Ricardo García
Valladolid

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La vacunación contra el coronavirus es en Castilla y León sinónimo de polémica. La protagonista en esta ocasión fue, una vez más, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, quien ordenó ayer de forma precipitada y sin previo aviso suspender de inmediato la vacunación con el compuesto de AstraZeneca. Esta decisión se trasladó a las delegaciones territoriales de la Junta en las nueve provincias, que hicieron lo posible por evitar que se administraran dosis en los puntos de vacunación masiva destinados a tal efecto. Los tiempos estuvieron más que apretados, puesto que solo quedaban seis minutos para que comenzara la tercera jornada de vacunación masiva, lo que llevó a que en Ávila y León ya se hubieran administrado las primeras dosis, antes de que los sanitarios tuvieran que volver a enfundar las jeringuillas.

Como consecuencia de esta precipitada decisión, los ciudadanos que ya se habían desplazado para recibir su dosis mostraron un profundo malestar, entendible cuando algunos habían recorrido varios kilómetros para lograr la inmunización. Solo en Valladolid fueron cerca de 2.400 las personas que se encontraron con los carteles de «hoy se suspende la vacunación con AstraZeneca» a las puertas del auditorio Miguel Delibes, y que tuvieron que volver a sus casas sin vacuna y sin explicaciones. En Ávila, los convocados fueron otros 1.400, que con los ciudadanos de otras provincias podrían elevar la cifra de vacunas suspendidas ayer hasta las 8.000.

Llama la atención, no obstante, que durante las dos jornadas previas la vacunación con el compuesto del laboratorio sueco se había desarrollado con total normalidad. Entre el lunes y el martes miles de ciudadanos de 65 años habían pasado por los puntos de vacunación masiva de toda la Comunidad; un amplio grupo en el que ahora surge la incertidumbre y la preocupación tras la vertiginosa maniobra de Casado.

Además, y más allá de los numerosos afectados, la primera reacción a la suspensión de la vacunación con AstraZeneca en Castilla y León fue la de la vicepresidenta primera del Gobierno. Carmen Calvo se encontraba en Extremadura, participando en el Consejo de Gobierno de la Junta regional, y en la rueda de prensa posterior se mostró claramente molesta ante la decisión unilateral de la consejería de Sanidad castellana y leonesa. Calvo señaló que «las decisiones de qué vacunas, con qué criterios sanitarios, en qué tramos y con qué calendario corresponden al Consejo Interterritorial de Salud», a lo que añadió que «debemos ejecutarlas todos».

La vicepresidenta primera del Gobierno criticó duramente lo ocurrido en Castilla y León con la vacuna sueca, llegando a asegurar que «hay quien cree que puede tomar decisiones con criterios sanitarios o técnicos, pero esas decisiones están tomadas y no le corresponde a ninguna comunidad». Asimismo, y para dejar zanjado el asunto, Calvo reiteró que «hay quien piensa que puede tomar decisiones que no garanticen la igualdad de todos los españoles».

Estos fueron los hechos que se conocieron por la mañana, a los que se sumaron las protestas de los ciudadanos afectados por la suspensión, en principio «temporal», de la vacunación. No obstante, a aquellos que tuvieron que darse la vuelta y volver a casa se sumaron los que habían recibido la vacuna durante los dos días anteriores y que, preocupados, se acercaron para preguntar qué sucedía, a pesar de que nadie se lo pudo explicar con precisión.

Tras el revuelo generado, y cuando la noticia era ya de dominio público, la Consejería de Sanidad envió una grabación de audio de menos de dos minutos de duración con la que Casado trataba de apaciguar los ánimos. En dicha grabación, la consejera reconocía que en ciertos medicamentos «siempre existen ciertos efectos adversos que no se demuestran hasta que estos se han comercializado y llevan tiempo en uso». «Pasa en una gran cantidad de casos», insistió, pero matizó que «esto no quiere decir que no sean seguros ni que se retiren en muchas ocasiones, solo que debe ajustarse su indicación».

En este punto, las palabras de Casado parecían no concordar del todo con la orden que había dado, pero a renglón seguido aclaraba que «ante las noticias que recibíamos por la mañana del posible cambio de posicionamiento del comité asesor para los riesgos de la farmacovigilancia de la Agencia Europea del Medicamento, en que indicaba que se podía modificar la ficha técnica de esta vacuna, hemos primado ante todo la seguridad del paciente y por eso hemos detenido temporalmente la vacunación con AstraZeneca». Una suspensión que, según la consejera, estaría vigente «hasta conocer el dictamen de la EMA (Agencia Europea del Medicamento, por sus siglas en inglés), la postura de la comisión de vacunas en el Ministerio y tener una postura común en el Consejo Interterritorial de Salud».

La precaución con la que se justificaba Casado no fue tenida en cuenta, en tal caso, en otras comunidades autónomas con gobiernos tan dispares como Madrid o Andalucía, donde el ritmo de vacunación con AstraZeneca se mantuvo con total normalidad.

Tras las explicaciones de Casado, todos los ojos se volvieron hacia la EMA, que a primera hora de la tarde ya tenía un veredicto. Según recogían todos los medios, la Agencia sí habría encontrado «un posible vínculo» entre la vacuna anglosueca y «casos muy raros de trombos inusuales». Según trasladaron, ««el comité de seguridad de la EMA, tras un análisis en profundidad, ha llegado a la conclusión de que los casos notificados de coágulos de sangre inusuales tras la vacunación con AstraZeneca deben figurar como posibles efectos secundarios de la vacuna», si bien consideran que sigue siendo seguro continuar con su utilización.

Después del pronunciamiento del organismo europeo, parece que Verónica Casado no estaba desencaminada. Más allá de si contaba con competencias para suspender la vacunación, lo cierto es que parece confirmado que existen unos efectos adversos. Aún así, hay que recordar que surgen en un porcentaje ínfimo de los casos, puesto que hasta el momento solo se han notificado en 222 personas de los 34 millones que han sido inoculadas.

El conflicto con la vacuna de AstraZeneca parecía resuelto, pero seguía habiendo ciertas lagunas. En primer lugar, ayer estaba previsto que el personal de la Consejería de Sanidad se vacunara en la sede de este organismo, y se iba a hacer sin responder a criterios de edad o riesgo, aunque finalmente no se llevó a cabo.

Por otra parte, Casado realizó una declaraciones a RNE en las que aseguró que antes de tomar la decisión había consultado a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, quien había dado su autorización. Una versión que, por otra parte, no concuerda con el enfado que Carmen Calvo no trató de ocultar.

Ayer las tensiones entre Junta y Gobierno se sucedían. Si con todo lo anterior el revuelo no fue suficiente, este periódico pudo saber que en el auditorio Miguel Delibes la megafonía dejó atónitos a los que por la mañana esperaban su vacuna: anuciaba que se «suspendía la vacunación por decisión del Ministerio de Sanidad» y que podían regresar a sus casas o sus trabajos.

Todo apunta a que el departamento de Casado trató de escudarse en una instrucción ministerial como evidencian los argumentos esgrimidos desde la megafonía del Delibes ayer por la mañana para sacudirse de encima a las miles de personas que acudían con plena tranquilidad a recibir el pinchazo que les libre del virus. Casado no apareció para dar explicaciones pese a la gravedad. Dejó a miles de ciudadanos a las puertas de la vacunación en varias provincias sin un argumento ni autoridad para ello. La consejera, a través de su gabinete de prensa, distribuyó a a las agencias un audio que no llega al minutos el que Casado argumenta que la decisión se tomó por precaución a la espera de lo que decidiera hoy la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Un audio con incongruencias e incoherencias, porque al mismo tiempo que habla de la prevención que le llevó a suspender la vacuna reconoce que no hay motivos de momento para dudar de ella.

Ahora parece difícil salir del atolladero en el que se ha metido y que ha puesto a Castilla y León en el ojo del huracán, al ir por libre, pese a que la máxima del ejecutivo autonómico es que el órgano de decisión el Interterritorial de Salud, bajo la tutela ministerial. Es más, el propio portavoz, y ya único valedor de Casado en el gobierno de la Junta, Francisco Igea, criticó con dureza en su cuenta de Twitter una noticia que aludía a que el gobierno valenciano había acordado por su propia cuenta la compra de dos millones de vacunas con la farmacéutica Janssen. Noticia que luego resultó ser falsa. El propio Igea es el único que salió esta mañana al rescata del patinazo de Casado, al indicar en redes sociales que era prudente esperar unas horas la decisión de la EMA.

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