Castilla y León pierde ritmo de vacunación y cae hasta el décimo puesto del país
La Junta pasa de presumir de ser la segunda en dosis administradas a situarse a la cola de la comparativa nacional / Feijóo empieza esta semana a vacunar a los mayores de 50 años
Si tiene entre 50 y 55 años y vive en Castilla y León aún no se sabe cuándo llegará su ansiado turno para vacunarse . Ni se ha anunciado ni se conocen planes o previsiones. Sin embargo, si reside en Galicia, puede empezar esta semana.
El dicho de que las comparaciones son odiosas le viene que ni pintado a la Junta de Castilla y León en materia de vacunación. Pero fue el ejecutivo autonómico el que abrió la puerta a esta cuestión al llevar meses –desde el principio del proceso que arrancó a pocos días de acabar el año– presumiendo de estar en cabeza y ser la segunda autonomía que más vacunas administraba en relación a las que recibía.
Ahora las tornas cambian y el último informe del Ministerio de Sanidad, publicado ayer, arroja un jarro de fría de realidad al relegar a Castilla y León a la cola de la comparativa nacional .
En las últimas semanas, la Comunidad pierde ritmo y se sitúa en el décimo puesto , al haber administrado el 82,4% de las dosis de las que dispone, muy por detrás de Andalucía (91,4%), Aragón, Galicia, Cataluña, Navarra, Comunidad Valenciana, Madrid, Cantabria y Extremadura. Tampoco alcanza la media nacional, que se fija en 84,4%.
Sanidad mantiene 65.218 dosis almacenadas de las 371.495 entregadas , mientras poco se sabe del plan general de vacunación de mayores de 80 años, que en según qué territorios de la Comunidad subió la edad a los 90.
Mientras, en otras comunidades la situación es significativamente distinta. En Galicia, el gobierno de Alberto Núñez Feijóo empieza esta semana a administrar la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca a personas de entre 50 y 55 años y, en paralelo, continúa con la protección de mayores y dependientes. Se suman también a los docentes menores de 55 años, agentes de la Policía Nacional, bomberos, funcionarios de prisiones y personal de los servicios de ayuda al hogar gallegos.
Tampoco sale bien parada Castilla y León respecto a la protección de mayores de las residencias , población muy golpeada por la pandemia: es la decimocuarta comunidad de España en vacunar a usuarios de residencias, solo por encima de Andalucía, Baleares y Murcia, según los datos del informe publicado ayer por el Ministerio de Sanidad, que comprende los datos del periodo desde el 27 de diciembre hasta el 7 de marzo.
La cobertura de vacunación de personas institucionalizadas –quienes residen en estos centros– se limita a que el 87% de los usuarios ya han recibido las dos dosis y a que al 92,9% les han puesto la primera, frente al 100% de territorios como Cantabria o Canarias, o al 99% de Galicia y La Rioja. La media del país es también superior, alcanzando el 96,1%.
El descenso del ritmo de vacunación choca con la velocidad registrada en las primeras semanas cuando gran parte del proceso lo gestionaba la Consejería de Familia, al tratarse de vacunar a quienes conviven en las residencias de personas mayores . Una vez se ha dado el salto al resto de la ciudadanía por sectores o por horquillas de edad es cuando han surgido los conflictos, como el descontento de profesionales sanitarios de determinadas provincias que vieron cómo en otras se vacunaron antes, y a la vez se ha ralentizado el ritmo general.
Los anuncios de dosis administradas en algunas poblaciones parecen responder a episodios esporádicos o, al menos, no generalizados. Eso sin contar que muchos de ellos dejan fuera por el momento a quienes cumplieron más de 80 pero menos de 90.
Entre tanto, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, habló ayer de que el 14% de quienes superan los 80 años ya tienen la pauta completa y el 39%, una de las dos dosis previstas .
Sanidad mantiene la incógnita sobre cuándo llegará el turno a la población restante de esa edad para estar inoculada contra la Covid, que dependerá de si se encuentra en una provincia con mayor ritmo de vacunación o menor porque el desequilibrio territorial del que adolece Castilla y León también queda patente a la hora de protegerse frente al coronavirus.
«Cuándo le tocará a los de 80 años, eso no lo sabe nadie. Depende del número de vacunas y del personal disponible», así lo explicaba una teleoperadora desde el nuevo número habilitado por la Consejería de Sanidad para conocer el proceso de vacunación a un redactor de este periódico que ayer, a las 15.51 horas, se hizo pasar por un usuario.
«De momento, está con los de más de 90 años» , añadía muy amable al otro lado de la línea 900 222 000. «En algunos sitios están con los de 80 con patologías graves, pero no se puede saber cuándo empezarán de forma genérica con los de 80, ahora mismo esas información no se la podemos dar», añadía la voz al otro lado del teléfono.
Una información que tampoco es exacta o que al menos no coincide con lo que ha dicho la consejera de Sanidad , Verónica Casado, que ya hace dos semanas anunció la vacunación de mayores de 80 años. Es cierto que en algunos lugares, de forma puntual, se está haciendo. Pero en otros territorios, no. Es la prueba de que no hay un plan claro de vacunación con fechas y grupos en el calendario .
Casado parece fiarlo todo a que lleguen 150.000 vacunas semanales a la Comunidad. Eso tardará en pasar. Mientras, otras comunidades autónomas siguen incrementando el ritmo de vacunación sin esperar a la llegada de dosis masiva y Castilla y León, que empezó con mucha fuerza, se va quedando atrás.
La consejera mostró además «sus esperanzas» en la vacuna del laboratorio Janssen para las vacunaciones masivas, que no tienen un horizonte marcado en el calendario, y no detalló cuáles serán los trece grandes puntos para acoger estos procesos, con capacidad para vacunar a 30 personas por hora.
Casado solo precisó que se encontrarán en las capitales de provincia y en Ponferrada, Miranda de Ebro, Aranda de Duero y Medina del Campo. Tampoco precisó fechas apelando a la cautela por lo que resulta difícil conocer el plan específico de la Consejería de Sanidad y calcular cuándo llegará el momento de ponerse la vacuna.