Diario de Castilla y León

Ortega defiende la profesionalidad del director de la Siglo: «No es de derechas»

El consejero sostiene que el polémico Prodigios se tuvo que mantener «porque había un contrato»

El consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega, ayer en su comparecencia. | ICAL

El consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega, ayer en su comparecencia. | ICAL

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Alicia Calvo
Valladolid

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«El director de la Fundación Siglo no es de derechas y esto no es un chiringuito» . Con esta curiosa afirmación defiende el consejero de Cultura la profesionalidad de quien está al frente de la entidad cuestionada por la polémica de Prodigios. 

Javier Ortega compareció ayer en las Cortes para aclarar la gestión de su departamento en las grabaciones del programa televisivo Prodigios, en el Centro Cultural Miguel Delibes, que terminaron en un estallido de positivos por Covid y se permitieron en el punto álgido de la tercera ola y recién endurecidas las restricciones. 

Lo primero que hizo Ortega fue negar que los centros culturales estuvieran cerrados, pese a que así se anunció en enero y así lo recogieron los medios de comunicación. «Si me he explicado mal...», afirmó durante uno de sus turnos de palabra.

Después, el consejero sostuvo que el polémico programa tenía que seguir adelante «porque había un contrato y había que mantenerlo». Una realidad que choca con la de otras muchas empresas cerradas por imposición de la Junta que también tenían sus obligaciones y por la pandemia quedaron en suspenso.

Pero fue más allá y recordó que en ese mismo instante se estaba presentando el programa en una rueda de prensa en Madrid: «¿Está el consejero allí pintando la mona? No, está aquí dando explicaciones» , se preguntó y se respondió a sí mismo.

En la Comisión de Cultura y Turismo de las Cortes defendió la legalidad de las grabaciones –que nadie había puesto en duda– e insistió en que se siguieron todos los protocolos.

Enfrente tenía al portavoz de Cultura y Turismo del Grupo Socialista, José Ignacio Martín Benito, y al secretario autonómico de Podemos, Pablo Fernández, que le aclararon que no se cuestionaba que fuera legal, sino «oportuno y ejemplar». 

Martín Benito tildó de  «incoherencia política» y de «dispendio» los más de 400.000 euros aportados por la Junta en el contrato de patrocinio. No porque no tuvieran el mismo retorno –la productora abonó exactamente la misma cantidad por contar con la Oscyl y las instalaciones–, sino porque esa transacción no engorda en nada las arcas públicas y es un dinero que no reciben otros damnificados del sector que reclaman ayudas directas. «No es una cuestión de legalidad, sino de coherencia política cuando los centros estaban cerrados por la tercera ola», incidió el socialista, que mantuvo que se anunció la clausura de los centros culturales dependientes de la Junta en contra de las palabras del propio Ortega, que dijo que solo se había eliminado la presencia de público.

Tanto Martín Benito como el líder de Podemos cargaron contra Ortega por sus «eufemismos»: «Es usted un experto en eufemismos. Viene diciendo ahora que no estaban cerrados y que estaba suspendida la actividad» , le reprocharon

Pablo Fernández también criticó la pertinencia de permitir esas galas: «Esta grabación sí ha derivado en un reguero de contagios, puesto que hay más de cuatro positivos. ¿De verdad no se arrepiente de dar 428.253 euros a un programa que no da de comer directamente al sector cultural?». 

Ortega dejó claro que arrepentimiento, ninguno, y que supone una «grandísima difusión» que no tienen otros escaparates. «Claro que lo haríamos otra vez. Estar en un programa de máxima audiencia» , defendió.

Así justificó los casi 6.000 euros que abonó la Junta porque le mencionara en la rueda de prensa y que tanto Fernández como Martín Benito le recordaron que ni siquiera garantizaba su difusión. «No lo cobra ni Leo Messi.», apostilló el secretario de Podemos.

De hecho, esa rueda de prensa se celebró ayer y sí trascendió el nombre de Castilla y León, pero sobre todo asociado a los positivos y a la polémica. La productora defendió, también, que habían sido rigurosos en la protección de la salud y con «el cumplimiento de los protocolos de seguridad». 

El consejero habló en términos económicos del acuerdo con la productora, de que quedaba a cero, e insistió en que «win to win, todos ganan» . Ante estas declaraciones, Pablo Fernández le reprochó que tratara a la Junta «como a una empresa privada». Entonces Ortega se retractó y aclaró que esa no era su intención. 

Los parlamentarios de PSOE y Podemos cuestionaron el «chiringuito» de la Fundación Siglo , cuya gestión contó con el respaldo tanto del consejero, que afeó dicho calificativo, como de las procuradoras María Teresa Gago, de Ciudadanos, y la popular María José Ortega. Olvidando que fue precisamente Ciudadanos quien utilizó ese término para referirse en campaña a las entidades públicas dependientes de la Junta.

Martín Benito manifestó que la Fundación Siglo es un «caballo de Troya y un parásito» y cuando el consejero dijo que si lo que se pedía era «despedir a los trabajadores» , el socialista replicó que esa plantilla «la tendría que asumir la Junta».

Ante las explicaciones dadas, el portavoz socialista pidió su dimisión y aseguró que el consejero «debe asumir responsabilidades políticas por el escándalo de la grabación», mientras que Ortega defendió en todo momento que este evento fue «positivo para la imagen de Castilla y León en el exterior con su emisión en la televisión pública en horario de máxima audiencia», informa Ical. 

«Le pedí que cesara al director de la Fundación Siglo, y nada ha dicho aquí, ha sido tolerable con esta situación, no queríamos que esto le salpicara, pero ha llegado aquí y habla de bulos y no asume la responsabilidad por la incoherencia política, hoy aquí le pedimos su dimisión», censuró el socialista.

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