La hostelería reclama que hoy la Junta la libere de su «condena» y flexibilice medidas
Esperan con impaciencia y mucha inquietud los anuncios que realice la Junta hoy. Con la incidencia de Covid en descenso, los sectores más afectados por las restricciones del Ejecutivo autonómico –hosteleros, gimnasios y centros comerciales– reclaman al Gobierno regional que desde ya mismo «acabe con la agonía de tantas familias» y flexibilice las medidas. «Esperamos que termine nuestra condena. Ya toca», asegura el presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castilla y León, Fernando de la Varga.
Algunos alcaldes de capitales que ven cómo sus parámetros de riesgo bajan exigen también a la Junta que «alivie el sufrimiento de tantas familias y empresas», y atienda a todos los indicadores, no solo al porcentaje de ocupación en UCI, que es el último criterio impuesto por la Junta.
Más aún cuando este dato no revela las camas en unidades de críticos disponibles en cada provincia, puesto que no es lo mismo la dotación con la que cuentan unas y otras. En la práctica, que Ávila (la única que cumple el requisito de bajar del 25% de ocupación covid) tenga esa cifra se traduce en que cuenta con doce UCIs libres. Mientras, Valladolid, aunque no llega a ese tanto por ciento –que es un nuevo criterio para esta tercera ola– disponía ayer de 31 camas vacías en cuidados intensivos y el resto de sus indicadores registra una sustancial mejoría, alejándose del riesgo alto.
A nivel autonómico, la tendencia también es positiva. La incidencia a catorce días continúa en descenso, al registrar 173 por cada cien mil habitantes. Solo Soria se mantiene en datos alarmantes, con 430.
Sin embargo, la incertidumbre por lo que decida hoy el Consejo de Gobierno extraordinario es máxima. Incluso para la provincia abulense se desconoce en qué se concretará y qué nivel tendrá esa previsible flexibilización de medidas, que el vicepresidente de la Junta ya advirtió que sería «lenta».
Si decide abrir el interior de la hostelería y con el cierre perimetral ya levantado, se podría dar el caso de que personas de otras provincias acudieran al territorio abulense para disfrutar de esos servicios, como sucedió en algunos momentos de la segunda ola en los lugares con menos restricciones. Ante esto, una de las opciones que baraja la Junta, según ha podido saber este diario, es la de permitir solo conectar provincias que tengan los mismos niveles de alerta.
La inquietud es alta también por las contradicciones evidentes en el seno de la Junta. En concreto, entre el propio Igea, que se agarra ahora al 25% de ocupación Covid en UCI como línea roja para iniciar una desescalada por provincias, y la consejera de Sanidad, Verónica Casado, que aseguró que la Comunidad computaría como un todo y el indicador que marcaría la relajación de restricciones sería que los pacientes en unidades de críticos bajaran de 130 en el conjunto de Castilla y León. Lejos de esa cifra, la Comunidad contaba ayer con 364 camas de cuidados intensivos ocupadas. También el coordinador de estas unidades de Castilla y León, Jesús Blanco Varela, indicó que Castilla y León contaría como una sola unidad UCI.
Así se explica que desde Soria –la provincia con peores parámetros– hayan trasladado ya a un paciente a la unidad de críticos de Segovia y se barajen otros desplazamientos, subiendo el porcentaje de ocupación de este servicio segoviano.
El descontento entre los afectados es tan elevado que en la reunión mantenida este viernes entre Igea y representantes de hostelería, gimnasios y centros comerciales, cuando el vicepresidente expuso que el 25% de UCIs sería el punto de partida para desescalar, estos sectores replicaron que ese criterio es nuevo, solo de la Junta, y que «no puede trasladar a la sociedad y a las empresas su falta de previsión y de implantación de UCIs».
El ejemplo palmario de esto es León, donde se deberían haber ampliado estas camas y no se hizo.
De hecho, el alcalde de la capital leonesa, José Antonio Díez, cree que «sería lamentable que León, que con el sacrificio de todos los leoneses ha logrado contener y reducir el número de contagios, tenga que esperar una desescalada por un factor determinante como es la tasa de ocupación de las UCIs, por falta de camas de críticos por la falta de inversiones sanitarias durante años y a la gravísima renuncia de la Junta tras la primera ola». «No podemos olvidar que Igea postergó el aumento de UCIs a primavera y ahora dice que no es el momento», remarca el regidor, que reclama, además, «coherencia porque los sectores económicos de León no pueden esperar ni un día más».
Coincide el alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, en que «es el momento de que se permita abrir un 33% del interior de los establecimientos». «Me parece correcto aprovechar los valles de las distintas olas para dar oxígeno a los sectores más afectados. Y si Burgos está en una situación fuera del riesgo extremo se deben adoptar medidas acordes con esa situación», opina De la Rosa, que pide aIgea que «sea consecuente con la situación epidemiológica de cada municipio».
También el alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, está expectante sobre lo que suceda hoy y valora que «la desescalada que podría aplicar la Junta se desarrolle en consonancia a los datos de las provincias que los presenten mejores».
Sánchez Cabrera reclama «que se deje trabajar a los hosteleros y recuperar la actividad en comercios, gimnasios y sectores afectados por el cierre acordado por la Administración autonómica, a los que se está llevando a la ruina». Demanda «el fin del cierre perimetral, especialmente con Madrid, por su influencia económica».
En el mismo sentido, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, considera que «las cosas se están aflojando lo suficiente como para que se tome alguna decisión que alivie la situación de hosteleros o gimnasios», y apunta que «Valladolid no está nada mal y tiene una tendencia a la baja».
En su opinión, «el problema de la Junta es que ha optado por la brocha gorda y después de un año de pandemia se requiere un pincel más fino. La situación requiere afinar más y tener en cuenta que hay mucha gente muy dañada», señala Puente.
El representante autonómico de los hosteleros, Fernando de la Varga, comparte las peticiones de los mandatarios municipales y critica la falta de resolución de laJunta: «Mantiene a Ávila con las mismas restricciones cuando podían haberse reunido y decidir levantarlas. ¿Por qué no lo anuncian el viernes para que puedan abrir este lunes? El nuevo criterio es otro truco, otro juego de malabares, para alargarlo según le convenga. La agonía económica y mental es máxima».
La presidenta de la hostelería vallisoletana, María José Hernández, advierte de que continuar igual supone «la ruina». «No aguantamos más». De la Varga lo suscribe: «Esperamos que hoy podamos intentar salvar nuestros negocios. Necesitamos abrir».