ÓSCAR PUENTE. ALCALDE DE VALLADOLID Y PORTAVOZ FEDERAL DEL PSOE
«Lo de la monarquía es generar tensiones y hurgar en una realidad que no vamos a cambiar»
No entiende las tensiones que genera Podemos en el gobierno a cuenta de la monarquía, con la que dice sentirse muy a gusto. Y lo expresa. Expresa con claridad, pero con prudencia, las críticas al irrenunciable socio de Pedro Sánchez en el gobierno. Hasta tal extremo que reconoce que es hurgar en asuntos que no competen a la vista de la que tenemos encima con la pandemia. Menos agresivo e incisivo de lo habitual sostiene que el controvertido plan de movilidad emprendido en Valladolid acabará cuajando. E incluso augura que al PP le va a pasar con los atascos como le ocurrió con el soterramiento, que alimenta un debate en el que no cree ni comparte la ciudadanía. Sobre sus vacaciones en el yate de un amigo con el que el consistorio contrató mascarillas en la pandemia, asegura no tener nada que esconder en materia de contratación, pero se niega a emitir nada más sobre lo que el entiende es su vida privada.
Pregunta.- ¿Qué conclusión, qué enseñanza, con qué se queda y con qué no de este año?
Respuesta.- Le podría decir tantas cosas... Fundamentalmente, que la vida es eso que te pasa cuando haces otros planes. Nosotros teníamos un mandato cómodo, con una ciudad que iba muy bien, con la economía creciendo mucho, con muchos planes de infraestructuras, a corto plazo, con el empleo en muy buena circunstancia, y de repente nos viene un acontecimiento que de alguna manera nos retrotrae incluso a antes de que llegáramos al Gobierno. Una situación que desde el punto de vista económico obviamente se ha deteriorado, y es una especie de vuelta al pasado, de vuelta a empezar, a recordar tiempos duros, tiempos difíciles. No se puede planificar gran cosa, porque la vida, al final, te pone en tu sitio. Pero en segundo lugar, la segunda conclusión es que tenemos capacidad de adaptación.
P.– Tenemos ya la vacuna aquí, con lo cual hay que mirar al futuro. ¿Usted es de los que piensan que la recuperación va a ser dura y lenta, o cree que va a ser más ágil, más fácil?
R.– Yo tengo una tendencia natural al optimismo. Creo que en este caso va a depender mucho de la evolución de la situación sanitaria. Es decir: si la vacuna, combinada con algunos métodos también de curación que están apareciendo, más la inmunidad de la parte de la población que ya ha contraído el virus y lo ha superado, si eso, sumado, nos lleva a una situación sanitaria mucho mejor allá por el mes de abril o mayo, yo creo que la recuperación va a ser intensa y rápida. Si la situación sanitaria no se alivia lo suficiente y seguimos con muchas medidas restrictivas, de aforos, limitaciones en el turismo, etcétera, la recuperación será más complicada.
P.– Precisamente uno de los sectores más sacudidos es el turismo, con todo lo que irradia: la hostelería, la agroalimentación... Castilla y León es un baluarte en turismo de interior, y Valladolid especialmente, porque en los últimos años batía récords de visitantes constantemente. ¿Cómo se puede afrontar la recuperación? ¿Qué plan hay que hacer para afrontar esa recuperación fundamental en un sector servicios, esencial en Valladolid y en la Comunidad?
R.– Fundamentalmente, por un lado, retomar las iniciativas que ya estaban en marcha y, por otro, adaptarse a las nuevas circunstancias. Por ejemplo, una de las cosas que parece que va a suceder tras la pandemia es que muchos viajes relacionados con el trabajo se van a reducir. Por tanto ese turismo de negocios, ese turismo congresual, va a ser uno de los sectores turísticos que más afectados se van a ver.
Pero yo creo que, en este momento, sobre todo el modernizar los recursos, la digitalización del sector, ayudas para que salga lo antes posible y luego, una de las cosas que hemos visto como consecuencia de la pandemia es que, probablemente, un turismo de menor formato, un turismo menos de masas, un turismo rural, puede tener un ámbito muy interesante en el futuro. La gente va a huir, probablemente, de las masificaciones. Va a huir de ese turismo más a granel. Va a ser un poco más selecta, va a buscar espacios abiertos relacionados con la naturaleza. Yo creo que eso es una oportunidad también para Castilla y León, ¿no? Un turismo vinculado al patrimonio, a la naturaleza… Ahora puede ser un campo con más futuro y perspectivas que el turismo de masas vinculado a la playa.
«Me parece necesario que el gobierno afronte ayudas directas al turismo y la hostelería»
P.– Habla de ayudas al sector, de ayudas directas. Ha dejado bastante insatisfecho al sector el plan de choque elaborado por el Gobierno...
R.– Sí, es cierto. El sector está en un momento muy complicado y es evidente que reclama medidas más importantes y ayudas más directas. Es verdad que, yo he hablado con el Gobierno, y el Gobierno se encarga siempre de recordar que los Ertes los paga el Gobierno. Nosotros, en el ámbito municipal, hemos hecho un esfuerzo también importante en relación con el sector. Yo creo que también sería buena la implicación de las Comunidades Autónomas, que hasta ahora han hecho un esfuerzo bastante modesto, por no decir un tanto pírrico. Pero sí que es verdad que probablemente el sector necesite de ayudas adicionales. Yo espero que, a lo largo de 2021, bien sea por proyectos europeos o de otro tipo de iniciativas, se complemente más el sector del ocio, el sector del turismo y la hostelería.
P.– Está usted diciendo que hay que reconsiderar las ayudas . Seguramente hay que ampliarlas a lo largo del año. A lo mejor cuando lleguen las ayudas está la trapa bajada.
R.– Yo creo que en España los meses de enero y febrero no son unos meses, desde el punto de vista turístico, donde el sector viva sus mejores meses en enero y febrero. A partir de marzo, ahí vamos a ver un poco esa fortaleza de la recuperación. La Semana Santa puede ser una primera piedra de toque. Si llegamos a ese momento con la posibilidad de que se viva una recuperación turística un poco más cercana a lo habitual, con las ayudas que se están valorando, alguna más que se pudiera complementar, y ese reinicio de la actividad, es posible que el sector turístico pudiera remontar. Si no es así, estoy de acuerdo con que el riesgo de que haya daños muy difícilmente reversibles es cierto. Por tanto, me parece importante y necesario que el Gobierno afronte las ayudas al sector con medidas de otro tipo, más de carácter directo.
P.– Política municipal: El caso de sus vacaciones, de la contratación de las mascarillas a un empresario amigo suyo, lo del yate... ¿Ha supuesto un cambio en las relaciones con el PP tras una primera etapa de cordialidad? La pregunta es: ¿El PP se ha hecho más agresivo? ¿A qué lo achaca usted?
R.– Bueno, el cambio ya viene de algo antes, ¿no? Nosotros vivimos un momento, ahora con la perspectiva del tiempo, de cierto espejismo. Yo creí que el grupo popular actual venía con ideas diferentes, y con formas diferentes. Constituimos un grupo de trabajo, hubo un ambiente yo creo que muy sano, de colaboración, y todo eso empezó a saltar por los aires en verano a partir del momento en que el Partido Popular dice que se levanta de la mesa del Presupuesto y viene con la anécdota de las vacaciones, de las mal llamadas vacaciones: fueron dos días. ¿A qué lo atribuyo? Yo creo que en el verano al PP de Valladolid le saltan las alarmas en relación con el tipo de oposición que hacen y el coste que esa oposición pueda tener a efectos de continuidad del proyecto del actual grupo municipal.
Es decir, Pilar del Olmo ve peligrar su continuidad, su posible candidatura, surge la candidatura de Mercedes Cantalapiedra, abiertamente declarada, y eso les pone muy nerviosos. Pegan un volantazo en la labor de oposición y ceden a esas presiones que les decían que no estaban haciendo oposición, que no se les oía, que no eran lo suficientemente duros. Y lo hacen fundamentalmente por la batalla interna que tienen abierta. Creo que en este momento es completamente improcedente o es temporal, teniendo en cuenta que quedan dos años y medio para las elecciones. Si van a estar así dos años y medio, la verdad es que se va a hacer muy complicada la relación.
P.– En el caso de la contratación de sus vacaciones, ¿cree que ya ha dado todas las explicaciones que tenía que dar?
R.– Mi problema con este asunto es que, si yo sigo hablando, estoy alimentando una falacia, de partida. Y lo he hecho en ocasiones anteriores, con relación a este medio, he adoptado siempre la misma posición, que es no dar explicaciones de cuestiones que tienen que ver con el ámbito privado de mi vida, que no tienen nada que ver con la cuestión pública. Yo sobre las contrataciones estoy dispuesto a dar todo tipo de explicaciones. De hecho, estoy un poco perplejo de que al grupo popular, que preside la comisión de seguimiento y control de la contratación, que ha tenido lugar hace una semana, no se le ha ocurrido pedir absolutamente nada relacionado con el contrato. Es más, el portavoz del PSOE les dijo que cómo no se traía ese contrato a la comisión y se abría una investigación en relación a todas las circunstancias concurrentes a la contratación y ellos dijeron que ese contrato no les interesaba. Por tanto, la parte pública no les interesa, les interesa la privada. Y ahí yo tengo un criterio muy claro respecto a lo que es mi intimidad y no voy a dar más explicaciones.
P.– Y usted, que era tan partidario de comisiones de investigación en la oposición, ¿por qué no ha tomado la iniciativa y la abren ustedes?
R.– No tiene mucho sentido que en el seno de la comisión de seguimiento y control de la contratación, que preside el PP, sea el partido en el Gobierno el que diga que se investigue un contrato, ¿no? Por otro lado, está bastante claro que no tienen ningún interés. No lo tienen, fundamentalmente, porque no saben muy bien cuáles fueron las circunstancias concurrentes del contrato. No se trata de que el alcalde de Valladolid utilizara el Ayuntamiento para hacer un favor a un amigo, sino que utilizó a un amigo para hacerle un favor al Ayuntamiento y eso se podría comprobar simplemente viendo los precios del material que se vendió al Ayuntamiento.
Podríamos incluso entrar en comparación con otras administraciones, toda la documentación relativa a las relaciones que se mantuvieron, las comunicaciones que hubo con la empresa, las ayudas que esa empresa le prestó al Ayuntamiento (no solamente las relacionadas con el material que le proporcionó, sino también haciéndose cargo de otro material que nos llegaba vía donaciones y que quedaba en aduana si una importadora no se hacía cargo de él), en fin... Circunstancias como que es una empresa que ha vendido millones de Epis en el mes de abril. Si hubiera tenido diez millones de Epis habría vendido diez, si hubiera tenido 15 habría vendido 15. Es decir, no le estaba haciendo ningún favor el Ayuntamiento, sino que es la empresa la que estaba haciendo un favor al Ayuntamiento. Pero eso no le interesa al PP. El PP está en el ‘Sálvame Deluxe’, está en su... En la historia de intentar minar mi imagen, y la realidad le interesa poco, pero bueno...
P.– Aunque no tuviera por qué hacerlo, ¿esto le va a hacer a usted más prudente en su vida privada porque sospecha que se va a poner el foco en su vida privada para intentar…?
R.– Mire, el otro día hablaba con un personaje importante de Valladolid, que es buen amigo, y me decía que le recordaba un poco a él en su forma de comportarse, porque somos personas que, de alguna manera, siempre hemos tratado de hacer una vida normal, con independencia de la notoriedad que tuviéramos, y que no hemos cambiado nuestros hábitos de vida y nuestras costumbres por el hecho de que tengamos una posición pública. No me gustaría tener que esconderme. No he hecho nada malo, no hago nada malo. Que tenga que ser más prudente, bueno, pues igual lo tengo que repensar, pero no he hecho nada ilícito ni nada malo y yo estaba haciendo una cosa que forma parte de mi vida privada y estaba haciendo una cosa normal, no estaba haciendo nada fuera de lo normal.
P.– Ya, ya, pero es la exposición de las redes sociales a las que usted, además, es tan aficionado...
R.– Sí, bueno, las redes sociales tienen esos componentes. En todo caso, este es un asunto que trasciende porque una de las personas que están en esa excursión, que eran 15, cuelga unas fotos y unos vídeos y está, de alguna manera, haciendo pública su vida y, de rebote, la mía y la de otras personas que estábamos allí. No soy yo el que ha hecho esa difusión. Pero bueno, más prudente, probablemente, tendría que ser, sobre todo que no trasciendan cuestiones partiendo de mi círculo más cercano. En todo caso, uno no puede evitar que le hagan una foto. Me ha sucedido en otras ocasiones que me han hecho una foto en el ‘Ginos’ y han dicho que estaba en el restaurante más caro de Valladolid. Esto, por desgracia, forma parte de mi vida en este momento y lo tengo que asumir.
«al PP le va a pasar con la movilidad lo que con el soterramiento, que creían que era la bomba»
P.– Los atascos: ¿Sigue empecinado en no aceptar que los cambios del tráfico conllevan a veces errores y atascos que se pueden corregir y se pueden solucionar?
R.– Vamos a ver… Los cambios en la movilidad, que pasan por la redistribución del espacio público restándole algo de espacio al vehículo privado y dándoselo al peatón, al transporte público y al ciclista, claro que tienen consecuencias. El espacio es el mismo, pero se reparte de distinta forma y, por tanto, eso afecta, lógicamente. Si se le resta espacio al automóvil, el automóvil se mueve con menos facilidad. Pero es que esa es la opción que ha elegido el Gobierno municipal que presido. Lo ha elegido por una cuestión de estrategia de ciudad, de qué ciudad queremos ser en el siglo XXI. Si queremos ser una ciudad en la que el peatón, el ciclista y el que va en transporte público tenga más oportunidades de movilidad, o queremos fiarlo todo al automovilista. Esa es la cuestión. Nosotros hemos creído en lo primero. Y lo hemos creído al igual que lo están haciendo cientos de ciudades europeas y cientos de municipios del mundo. Hemos querido hacer esa apuesta y hay que dar tiempo a que se asiente.
Aun así, somos conscientes de que hay algunas distorsiones que se pueden corregir y se pueden mejorar y lo estamos haciendo. Quiero recordar que empezamos hablando de Fuente Dorada. De Fuente Dorada nadie habla porque en Fuente Dorada ya no hay problemas. Después vino Isabel la Católica. Somos conscientes de que el cambio fue muy drástico y vimos que había una posibilidad de mejora en el último tramo que iba a eliminar el problema. El problema de Isabel la Católica está resuelto y no hay más que ir a Isabel la Católica para verlo. Y ahora, el debate se ha trasladado, sobre todo, la zona de Plaza España, Miguel Íscar y López Gómez. Y ahí estamos, en este momento, manejando soluciones que pasan por algunos ajustes en los semáforos, pasan probablemente por alguna distribución distinta del tráfico en el acceso a la Plaza España y, si podemos, los implementaremos.
Pero lo que sí quiero dejar claro es que la filosofía que mueve esta iniciativa es una filosofía, entiendo, acorde con los objetivos de desarrollo sostenible que nos hemos marcado en nuestro país. Y vamos a seguir adelante con ella, dotando de mejor espacio al ciclista, más seguro, de mejores espacios para el transporte público y para el peatón. Eso obligará a algunos ajustes en el tráfico de vehículos privados, que iremos haciendo. Pero sí quiero subrayar una cosa: El debate público, sobre todo en redes sociales, que se ha producido con este tema, no es un debate apartidista, ni es un debate espontáneo. Hace poco, por otras circunstancias que no voy a explicar –estoy haciendo una serie de estudios en relación con Twitter, con mi perfil, etcétera, y los asesores que me están informando de las cosas que se mueven en las redes–, me han hecho un informe muy detallado de quién está moviendo en este momento la cuestión del tráfico en Valladolid en las redes.
Lo de ‘Puente atasca’, etcétera. Eso ni es espontáneo, ni es ajeno, fundamentalmente, al Partido Popular. La ciudadanía en general, en algunos aspectos, ve con una óptica crítica los cambios. Otra parte importante los saluda con agrado, pero este no es un tema que, por mucho que el Partido Popular se empeñe, ocupe el centro del pensamiento de los vallisoletanos en este momento. Les pasó con el soterramiento, que creyeron que eso era la bomba, la piedra de toque, lo que iba a hacer caer al Gobierno municipal, y les está pasando con la movilidad. Se vuelven a equivocar. Pero en fin, ellos sabrán.
P.– Y usted y su socio, que eran tan partidarios de las consultas populares, después de cinco años no han hecho ninguna y ha habido temas estratégicos de ciudad, como por ejemplo el soterramiento del que usted habla, la municipalización del agua, o por ejemplo la estrategia de ciudad de la movilidad. ¿Por qué no se atreven ustedes a hacer una consulta para saber, más allá de la eclosión en redes o las estrategias en redes, lo que piensa la ciudad? ¿Por qué después de cinco años...?
R.– Me pone en la misma posición en relación con las consultas que tiene mi socio y no es ni parecida. Las consultas yo creo que hay que hacerlas en aquellos asuntos en los que hay posibilidad de adoptar distintos tipos de soluciones. El ejemplo del soterramiento es muy claro, no tiene ningún sentido preguntarle al pueblo si quiere soterramiento o quiere integración en superficie cuando la posibilidad de soterramiento no existe por una cuestión económica.
P.– ¿Y la movilidad? Porque ahí sí que hay opciones.
R.– Vamos a ver, en el tema de la movilidad, esto de que se diga que no se ha consultado... Lo que nosotros estamos haciendo en este momento en la ciudad lleva en el Plan General de Ordenación Urbana de Valladolid al menos desde el año 2004. Hay antecedentes al 2004, pero en el Plan General de Ordenación Urbana de 2004 están los carriles bus y los carriles bici que estamos poniendo en marcha en el año 2020. Tanto ese Plan General como el actual que se acaba de aprobar con carácter definitivo son, como la Agenda Local 21, herramientas que vienen acompañadas de unos procedimientos de participación muy amplios.
Con exposición al público, etcétera. No se ha hecho una consulta a modo referéndum, pero esos instrumentos son instrumentos que tienen una participación de la sociedad, de los agentes empresariales, de las asociaciones, etcétera, muy fuerte. Por tanto, a mí me sorprende que se vean estos cambios como algo súbito, que se nos ha ocurrido de repente y que nos hemos puesto a hacerlo. No, esto estaba en el Plan General del año 2004. Yo se lo demostré al grupo popular en el debate sobre movilidad que promovieron a través de ese Pleno extraordinario.
El Plan General del año 2004 tiene en su articulado, con todo lujo de detalles, las actuaciones que hemos llevado a cabo en Fuente Dorada, en la avenida de Gijón, en el Paseo Isabel la Católica o en Miguel Íscar. Es que no hemos hecho nada que no estuviera ya en el papel en el año 2004. ¿Cuál es la diferencia con lo que ha acontecido hasta ahora? Hasta ahora nadie había tenido la valentía de llevar a llevar a cabo aquello que había dicho en los documentos que había que hacer. Y ahora sí hay un equipo de Gobierno que se ha atrevido a hacerlo. Y que yo creo que ha acertado y que el tiempo pondrá las cosas en su sitio. Cuando se peatonalizó la calle Santiago hubo este debate; cuando se peatonalizó Mantería hubo este debate. Siempre ha habido este debate y al final el tiempo acaba poniendo las cosas en su sitio. Ahora a nadie se le ocurriría hacer pasar los camiones que iban en dirección a Nicas por Cadenas de San Gregorio, por delante de la portada del Museo Nacional de Escultura. Pues pasaban, aunque parezca increíble. Y eso hoy se consideraría una locura. El tiempo, al final, acaba poniendo las cosas en su sitio.
P.– ¿De resultas que entonces el mérito es de Javier León de la Riva, del cambio de movilidad? Tal como usted lo cuenta...
R.– Claro, en parte sí, porque estaba en su Plan General del 2004, pero se había quedado como una mera apuesta en el papel. La parte, la de ponerlo en marcha, nos corresponde a nosotros.
P.– El acuerdo de Presupuestos con Ciudadanos, ¿qué simboliza?
R.– Simboliza un mínimo de coherencia con lo que ha pasado en los últimos ocho meses. Es decir, nosotros creamos un grupo de trabajo con cuatro grupos políticos. El único que se autoexcluyó fue Vox. Los demás nos decidimos a trabajar en un contexto de enormes dificultades. El acuerdo presupuestario no es más que la continuación de este trabajo. Es una línea coherente con la situación. ¿O es que ya la pandemia ha pasado? ¿O es que las dificultades han desaparecido? Lo sorprendente no es que estemos PSOE, Valladolid Toma la Palabra y Ciudadanos en un acuerdo, lo sorprendente es que no esté el PP cuando la idea fuerza, a través de la cual se crea el grupo de trabajo en el que el PP fue un impulsor fundamental, era que la situación nos obligaba a pactar, nos obligaba a acordar, nos obligaba a consensuar políticas para salir de esto, estar lo más fuertes posible.
Que el grupo popular se salga del grupo de trabajo con el argumento de la movilidad, por ejemplo… Qué tendrá que ver, como decimos aquí en román paladino, el culo con las témporas. Qué tendrá que ver la movilidad con la política presupuestaria de ayudas a los sectores dañados por la crisis. No, no tiene ninguna relación. El acuerdo PSOE, Cs, Valladolid Toma la Palabra, es simplemente la coherencia con el trabajo que hemos realizado, teniendo en cuenta que vivimos en una situación de crisis y, en ese contexto, habíamos decidido llegar a una serie de acuerdos para que hubiera un mayor apoyo en las medidas que se fueran tomando.
P.– En estos últimos meses, el PSOE ha llegado a un acuerdo de Gobierno en Burgos, contra toda la estrategia nacional, con Ciudadanos y el alcalde metió en el Gobierno municipal a Ciudadanos. Su partido, a nivel nacional, dialoga, intenta llegar a un acuerdo nacional con Inés Arrimadas sobre presupuestos, usted pacta los presupuestos con Ciudadanos... ¿Se están acercando peligrosamente a Cs?
R.– Desde luego, las realidades locales no las extrapolaría a las nacionales. Aquí el pacto es en clave estrictamente local. Aquí Inés Arrimadas no tiene nada que ver y en el caso de Burgos lo mismo. En Burgos hay un alcalde que tiene unos equilibrios complicados. Si PP, Ciudadanos y Vox se unieran no gobernaría, y está el hombre haciendo de la necesidad virtud. Yo creo que lo está haciendo extraordinariamente bien.
«El único pacto que chirría es el de la Comunidad del PP con Cs, contraviene las promesas»
P.– ¿No cree usted que chirría, sobre todo en una Comunidad donde todos los pactos son con el PP?
R.– Es que el pacto que chirría en la Comunidad es el del PP con Ciudadanos, entre otras cosas porque es un pacto que contraviene las promesas electorales que hizo Ciudadanos y en concreto el actual vicepresidente, que le hizo al electorado, de no darle continuidad a un proyecto que llevaba 32 años gobernando la Comunidad, y que había perdido con claridad las elecciones, y por tanto no respondía a los deseos del pueblo castellano y leonés, que lo que estaba era esperando un cambio. Yo creo que ese es el acuerdo que chirría. Que en un Ayuntamiento como el de Burgos o el de Valladolid haya un acercamiento entre un Gobierno progresista como es el del PSOE y un partido como Ciudadanos, que aspira a ser un partido, digamos, central, centrado, y poder tender la mano a un lado u otro del arco parlamentario, me parece que entra dentro de la normalidad.
P.– ¿Qué análisis hace usted del pacto regional ahora que caminamos ya hacia el ecuador.
R.– Es muy difícil hacer una evaluación, teniendo en cuenta las circunstancias tan particulares que estamos viviendo. Pero sí que da la sensación de que el PP ha encontrado en Cs, y en Igea a quien está ejerciendo una función que le es tremendamente útil al Partido Popular, y en concreto a Mañueco. Mañueco adopta una posición muy institucional, de no meterse en líos. Tiene un vicepresidente que además es de otro partido, que ha asumido todo el desgaste, que se dedica a dar palos a diestro y siniestro. Y claro, es una situación, teniendo en cuenta de dónde venían, es decir, de perder unas elecciones, de pasar de prácticamente la mayoría absoluta a perder claramente las elecciones, pues una situación que, chico, así se las ponían a Fernando VII.
«Igea es tendente al conflicto, abre constantemente frentes. No creo que yo sea su única obsesión»
P.– ¿Usted cree que Igea está obsesionado con usted y que eso tiene algo que ver con ese runrún que hay en el ámbito político y periodístico (aunque yo sospecho que no es cierto), de que Igea quiere ser candidato en Valladolid, en las próximas?
R.– (Risas). La verdad es que no lo sé, hay tantos candidatos a la Alcaldía de Valladolid, de tantos partidos... El PSOE solo tiene uno. El PP parece que tiene ya varios, Ciudadanos, no sé... No lo sé. Yo creo que él es un hombre tendente al conflicto y abre constantemente frentes. No creo que yo sea el único destinatario de sus obsesiones. Tiene una forma de ser que es la que es, que le lleva a al choque y a esa actitud de cierto estar como regañando permanentemente y de abrir frentes, y creo que yo soy uno más. De hecho yo he optado, desde hace tiempo ya, por no responder.
P.– ¿El parque agroalimentario será una realidad en los fondos de reconstrucción? Lo digo porque hizo alusión directo a ello la ministra en una entrevista reciente con este periódico.
R.– Ojalá. La semana que viene...
P.– ¿Sólo ojalá?
R.– La semana que viene me voy a ver con ella. Ese es el propósito. La idea es involucrar tanto al Ministerio de Agricultura como al Ministerio de Industria. A primeros de enero vendrá Luis Planas a Valladolid. Es un tema que vamos a tratar. Y ya digo, la semana que viene me veo con la ministra. Hemos incorporado a Mercasa a Mercaolid. Yo creo que estamos dando los pasos para que nos echen una mano. Va a depender de muchos factores. Va a depender de que haya proyectos europeos en los que encajen. Hablamos de proyectos que tienen tal dimensión que necesitan una ayuda por parte de los gobiernos, central y también de la Junta, a través de fondos europeos o como sea. Es muy difícil un proyecto de esas características sacarlo adelante.
P.– ¿Tiene la dimensión de ese proyecto? Cuando habla usted de la dimensión, ¿se puede cuantificar?
R.– Sí, claro, está en el Plan General. Una primera fase, que es todo el suelo que rodea a Talleres, hablamos de más de 200 hectáreas de suelo industrial de nuevo desarrollo, sin urbanizar. Estamos hablando de mucho dinero.
P.– Y eso dependería fundamentalmente, lo ha dicho usted, de que hubiera una empresa tractora que tire del proyecto. Usted tenía algún contacto, tenía en la cabeza alguna empresa tractora. ¿Se puede conocer ya qué empresa tractora está interesada en eso?
R.– Las conversaciones iban muy avanzadas antes del confinamiento, y de alguna manera se han parado. No sabemos si van a retomar el proyecto o no. Manuel Saravia es optimista respecto a esa posibilidad, manteniendo alguna conversación. Pero bueno, no oculto que la pandemia sí ha afectado a ese proveedor en concreto.
P.– Amazon estaba interesado precisamente en esa zona, en poner un parque logístico para el noroeste. ¿Ese interés ha desaparecido o está latente?
R.– Bueno, tengo que guardar discreción en torno a eso. No puedo decirlo. Esa posibilidad ha estado ahí. Veremos si se puede concretar o no.
P.– Hace unos meses, en una entrevista con este periódico, comentó que, pese a la incertidumbre de la pandemia y de la crisis, estaba tranquilo con el futuro de Renault en Castilla y León, en Valladolid y Palencia. La ministra Reyes Maroto, precisamente en la entrevista a la que hacía referencia en este periódico, se pronunció en el mismo sentido. ¿Hacia dónde camina el futuro de Renault en Valladolid y en Palencia, en Castilla y León?
R.– El sector del automóvil está en un momento de unos cambios que probablemente no ha vivido desde que se inició. Desde mediados de los 50 ó 60 no ha vivido la industria automovilística un cambio como el que está afrontando. Y eso, obviamente, va a recolocar mucho el mapa de la producción de automóviles en el mundo. En ese mapa, ¿cómo está situada Valladolid y como está situada Palencia? Porque hablar de Valladolid solo, de Villamuriel de Cerrato, lo entiendo como parte nuestra, como parte de Castilla y León. Yo creo que está en un momento muy bueno. Está muy bien posicionado.
Las inversiones que se han hecho en infraestructuras, en el entorno, el parque de proveedores, la paz social, la competitividad de las plantas en este momento, es muy buena. Y por tanto yo creo que estamos muy bien colocados en ese contexto. Eso ¿en qué se va a traducir? Hay que esperar, porque hay tantas cosas en el aire... El acuerdo comercial del Brexit tampoco sabemos qué trascendencia va a tener; las políticas de alianzas en este momento entre Renault y Nissan, Mitsubishi… Todo eso, la situación de crisis de Renault a nivel global que ha llevado al Gobierno francés a posicionarse, todo eso hace que el escenario no sea un escenario de certidumbre, sino de dudas, de incertidumbres. Y esas incertidumbres se van a despejar probablemente en el próximo año y medio.
«Renault tiene condiciones en Valladolid y en Palencia para ser factorías que sobrevivan»
Yo soy optimista. Creo que Renault tiene condiciones en Valladolid y en Palencia para ser una de esas factorías que sobrevivan a la situación, e incluso salga fuerte de ella. Porque son factorías muy competitivas. Pero ojo, hay situaciones que se escapan al control de nuestra tierra. Hablamos de una empresa francesa, Gobierno francés, hablamos de un grupo mundial, con estrategias complejas. Nosotros estamos poniendo todo de nuestra parte y tenemos que seguir en esa dirección. Seguir fortaleciendo las infraestructuras del entorno de Renault para hacer las fábricas más competitivas en cuanto a la provisión de componentes. Y mantener esa política de responsabilidad de los agentes sociales que yo creo que están contribuyendo de manera decisiva a que estemos muy bien colocados en ese contexto de incertidumbre.
P.– Una de las expectativas que había, que tiene incluso el Gobierno central, con el Brexit, es la posibilidad de que Palencia y Valladolid acogieran toda o parte de la producción de Nissan en Sunderland, ante la posibilidad de cómo fuera el Brexit. ¿Este Brexit que se ha acordado, acerca más esa posibilidad o la aleja?
R.– No creo que dependa sólo de eso. Depende de otro tipo de estrategias que afectan en este caso a Nissan. No sé si esta cuestión se materializará o no. Lo que sí digo es que Valladolid-Palencia son factorías preparadas para asumir la carga de trabajo que sea. Son muy competitivas, están muy bien ubicadas, han pasado los peores momentos y han demostrado mucha resiliencia. Tanto una como otra son factorías muy bien posicionadas para los cambios que Renault piense hacer. ¿Que se van a concretar en eso? No lo sé.
P.– Sigue siendo el portavoz federal del PSOE de derecho. Yo creo que hace más de un año que no ejerce... ¿Ha pensado ya en dejarlo, en abandonarlo?
R.– No, bueno, hay un congreso dentro de poco y supongo que el año que viene se redefinirá el papel de cada uno y veremos a ver cuál es el que me corresponde a mí. En todo caso, el ir dejando poco a poco todo lo relacionado con la portavocía tiene que ver un poco con mi dinámica de trabajo habitual. Mi trabajo es ser alcalde de Valladolid. Yo he echado una mano en un momento de crisis importante que vivía el partido. También hay que decir que en el momento en que el partido pasa a gobernar, la Ejecutiva federal tiene un papel mucho menos público, y hay, además, dentro de la ejecutiva, ministros que asumen esa tarea yo creo que muy bien, porque asumen una representación doble que yo en ningún caso podría asumir. Por tanto, en ese aspecto, las cosas han seguido el curso natural, y pagas un poco el precio de eso, porque te convierte en el foco de determinados ataques que, de ser sólo alcalde de Valladolid, no estaría sufriendo. Pero bueno, es lo que hay.
P.– ¿Comparte la agresividad de sus socios de Gobierno nacional, Podemos, hacia la monarquía?
R.– No, y esto ya no es una cuestión sólo de partido, es una opinión personal mía. Primero, nunca me ha gustado la gente que valora las trayectorias apoyándose exclusivamente en los errores. El Rey Juan Carlos claro que ha cometido errores, y algunos de ellos graves y que han dañado enormemente a la institución que él ha presidido y que hoy preside su hijo, pero también ha tenido aciertos muy importantes. Tirar por tierra 40 años de buen trabajo por los errores no me parece ecuánime ni me parece justo. Creo que hay que valorarlo todo en su conjunto, y hay luces y sombras.
Yo soy de los que tiendo a quedarme con las luces. Pero lo hago con él, lo hago con los presidentes que ha tenido el Gobierno de España, etcétera. Y luego, yo creo que no hay un planteamiento excesivamente realista en torno al futuro de la forma de Estado en España en el caso de Podemos. Porque los consensos son muy difíciles de alcanzar. Cuando se alcanzan y se asientan, uno no puede pretender modificar el objeto de esos consensos a partir de mayorías, ni siquiera de mayorías amplias, no digamos ya de minorías o de mayorías muy exiguas. Yo no creo que haya consenso en este momento en España para abordar el debate sobre la forma de Estado. Ni siquiera para abordar el debate, mucho menos aún para propiciar un cambio de forma de Estado.
Para mí eso es una forma de generar tensiones, de generar desasosiego, en un momento en el que lo último que necesitamos es eso. En este momento suficiente tenemos con la que nos está cayendo, y con la necesidad que tenemos de recuperarnos y de tranquilizar un poco la dinámica de polarización política que vivimos, como para que estemos metiendo y hurgando en una cuestión que sabemos además que no vamos a resolver. Entiendo que un partido que se define como republicano y que tiene esa aspiración a la república, etcétera, le deje a su base electoral claro que esa es una cuestión a la que no renuncia, pero ir más allá a lo único que conduce en este momento es a tensionar una realidad que lo que necesita es distensión, no tensión. Creo que ahí no aciertan.
P.– Lo que pasa es que eso ahora Podemos lo hace como Gobierno. Es parte del Gobierno, y todo esto que usted dice, ¿cuándo le va a plantar cara Pedro Sánchez a Pablo Iglesias para poner fin a todo eso que está usted hablando, de tensionar una situación que es innecesaria?
R.– Primero, estamos ante el primer Gobierno de coalición en este país a nivel nacional en 40 años. Éramos el único país de la Unión Europea que no había tenido un Gobierno de coalición en los últimos 40 años. Por tanto, somos un país sin cultura de Gobierno de coalición. A mí me parece que las tensiones en un Gobierno de coalición son normales, que es normal que se produzcan. Yo aquí llevo cinco años, camino de seis, y ha habido tensiones. Ha habido tensiones mientras gobernábamos, ha habido tensiones antes de unas elecciones, después de unas elecciones…, es normal. ¿Cuál debe ser la respuesta a eso? ¿Lo de 'poner en su sitio'? Lo que hay que ‘poner en su sitio’ es el contexto de las cosas. Pedro Sánchez es secretario general de un partido y presidente de un Gobierno de coalición y el vicepresidente segundo es secretario general de otro partido que forma parte de la coalición. ¿Hay cosas que desde el Gobierno no se deberían hacer o decir de esta manera? Es posible.
P.– Me refiero siempre desde el punto de vista del Gobierno, no de los partidos . Porque hay ejercicios contra el modelo de Estado, la monarquía, que se ejercen desde el Gobierno...
R.– No olvidemos que el Gobierno se ejerce por dos formaciones políticas muy distintas. Muy distintas en muchas cosas. ¿Qué tienen elementos en común suficientes para haber pactado un Gobierno? Sí, sobre todo, desde mi punto de vista, una ambición de igualdad social que compartimos. Nosotros compartimos el objetivo de la justicia social y de la igualdad. A partir de ahí, las diferencias son grandes. Yo en esto sí que hablo con el presidente, una de las cosas que yo le transmito es mi experiencia como líder de un Gobierno de coalición, y tampoco hace falta que yo le diga eso, porque él la tiene, pero la paciencia y la prudencia a la hora de gestionar las diferencias son muy importantes porque si no se gestionan bien, al final se pueden enquistar y se pueden convertir en una crisis dentro del Gobierno. Y eso es lo que yo creo que hay que evitar a toda costa, y más en un escenario de tanta inestabilidad. Yo siempre, en mi Gobierno, he tratado de solventar las crisis o las diferencias que se pudieran plantear sin permitir que llegaran a convertirse en una crisis.
P.– ¿Cree que el modelo de monarquía parlamentaria que tenemos tiene futuro y, además añado, con Felipe VI?
R.– Yo me encuentro cómodo con la monarquía parlamentaria. Discrepo de quienes creen que la república es la única forma de Estado en la que se puede defender la igualdad social, se pueden desarrollar políticas progresistas. Y los ejemplos ahí están: Holanda, Dinamarca, Noruega, Suecia… No creo que nadie dude de que estamos ante los estados, los cuatro que acabo de enumerar, más avanzados y más progresistas en prácticamente todas las políticas de Europa, y son monarquías parlamentarias. O democracias antiquísimas, como es el caso de la británica, en la que la monarquía no se cuestiona a pesar de que ha habido episodios de todo tipo.
Creo que Felipe VI es un hombre muy preparado, un hombre muy comprometido con la función que tiene que desempeñar. Creo que ha dado muestras de que ha aprendido de algunos de los errores que ha podido cometer su padre. Un buen Rey. Creo que es un hombre cabal. Necesita también estar bien orientado y, en algunas ocasiones, quizá ha ido más lejos de lo que a lo mejor otros monarcas hubieran ido. Creo que es un buen Rey y que está representando muy bien el papel de Jefe del Estado que le corresponde.
P.– ¿Urge una reforma del Código Penal para indultar a los presos del Procés? Y lo digo porque esto no casa demasiado bien con la cacareada independencia del Poder Judicial que se pide desde su partido.
R.– Los indultos siempre que se conceden tienen un componente, de alguna manera, al margen de lo que es el Poder Judicial. El Poder Judicial aplica las leyes y el Gobierno tiene una facultad de indulto en función de determinadas circunstancias que, honestamente, no sé si se dan en este momento. Primero, tiene que haber una solicitud por parte de los destinatarios del indulto que no se ha producido, punto uno; segundo, tienen que informar los tribunales sentenciadores sobre la procedencia o no del indulto; y, finalmente, el Gobierno debe tomar una decisión en función de las circunstancias concurrentes, que no siempre, o casi nunca, son de estricto cumplimiento de la ley penal. Yo no podría ir en este momento más allá, porque creo que se está hablando mucho de un tema que no está, en este momento, en la agenda del Gobierno de España, sinceramente lo creo. Otra cosa es, si se llega a plantear esta cuestión y tras recabar los oportunos posicionamientos de la Justicia, qué decisión se toma o no. En todo caso, quiero recordar que los responsables del Procés llevan en la cárcel una temporada larga. En fin, que no está de más tomar en consideración todas las circunstancias.
P.– ¿Y cómo está lo de la ciudad deportiva, especialmente lo del estadio? Porque Ronaldo quería hacer unas reformas y quería comprarlo, pero también es verdad que a Ronaldo todo lo que no sea gratis le parece caro.
R.– Si de nosotros dependiera, el estadio se vendería por menos dinero del que está tasado, pero es que eso no forma parte de nuestra capacidad, nosotros no podemos tomar esas decisiones. Estamos condicionados, y si quiere hacer una operación de compraventa del estadio, hay que ceñirse a las valoraciones que han hecho los técnicos. No tenemos otra opción.
A partir de ahí, podemos entrar en otras consideraciones, tipo plazos, convenios, conversiones, etcétera. Pero la compraventa del estadio se va a hacer, si se hace, por el precio que marquen los técnicos. La ciudad deportiva, nos hemos encontrado con una dificultad en la parcela de Jalón con la que no contábamos, que encarece bastante la operación y en el Valladolid ha surgido, a raíz de esta dificultad, el interés de mantener la ciudad deportiva en el entorno del estadio. Y esa es la opción que estamos ahora valorando más intensamente. No es fácil, porque ahí tenemos el aparcamiento, el recinto ferial, etcétera. Pero vamos a ver, se están estudiando distintas alternativas, cómo podemos encajar las piezas, para que la ciudad deportiva permanezca en el entorno del estadio.