Diario de Castilla y León

El covid tira del empadronamiento

Los pueblos de Ávila, la provincia que más tarjetas de trasladados registra de la Comunidad, observan un crecimiento paulatino del número de empadronados

Calle principal de Sotillo de la Adrada en Ávila, colapsada de tráfico.- E. M

Calle principal de Sotillo de la Adrada en Ávila, colapsada de tráfico.- E. M

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ANTONIO GARCÍA | ÁVILA
Valladolid

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El confinamiento derivado del coronavirus y las consecuencias de esta crisis sanitaria, económica y social se dejan notar en el comportamiento de una sociedad que está modificando sus hábitos de conducta cada día. El medio rural no es ajeno a ello. Muy al contrario, es reflejo de una situación que está llevando a los pueblos a incrementar su población de manera sustancial durante un verano que, en esta ocasión, retorna a las esencias ochenteras cuando las familias pasaban meses en casas de los abuelos.

Así lo confirma el alcalde de la localidad abulense de Sotillo de la Adrada (4.800 habitantes), Juan Pablo Martín, quien habla de «un verano a la antigua usanza» en este municipio. «Ha vuelto el concepto de veraneo en el pueblo», reconoce este regidor que ha visto cómo en torno al 95% de las viviendas están ocupadas durante los meses de julio y agosto, a la espera de lo que pueda suceder en septiembre, con el retorno de los chavales al colegio.

Los 4.800 habitantes empadronados, se han transformado en cerca de 20.000 de manera prácticamente continua, lo que resultaba algo inusual, incluso en momentos puntuales de otros veranos.

Esta situación es generalizada en una provincia que ha sido la que más ha visto incrementar el número de tarjetas sanitarias los últimos meses, ya que muchas personas pasaron el confinamiento en sus segundas residencias y ahora, otras muchas, han optado por disfrutar su verano en estos pueblos que han visto multiplicar su población más que nunca en las últimas décadas.

Así lo ponen de relieve las estadísticas del Consorcio Provincial, encargado de la gestión de los residuos en el medio rural. Sus datos señalan un incremento significativo de personas que han elegido la provincia para pasar sus vacaciones, a raíz del aumento del 25% de los residuos, lo que según su presidente, José Luis del Nogal, demuestra que «muchas personas, bastantes más que otros años, han elegido la provincia para pasar sus vacaciones».

Esta circunstancia también la subraya el alcalde de Navaluenga (2.000 habitantes), Armando García, quien destaca que los 12.000 kilos diarios de residuos orgánicos y los 6.000 metros cúbicos de agua diarios se corresponden con una población equivalente de entre 20.000 y 22.000 personas, es decir, diez veces su población habitual.

En este caso, el municipio del Alberche cuenta con un millar de plazas de casas rurales que también están «llenas» desde julio. Algo similar sucede con las segundas residencias, que suponen cerca del 70% de las casas del municipio.

Como Sotillo de la Adrada, en Navaluenga no recordaban, desde hace tiempo, una presencia de veraneantes «tan continuada» como ahora en la época estival, lo que lleva a que determinados negocios se beneficien de ello, mientras otros, fundamentalmente los hosteleros, no terminan de remontar, pese a todo. El alcalde sotillano pone como ejemplo a algunos trabajadores que se encuentran «cansados», ya que no han parado, ni siquiera durante el confinamiento, al haber sido considerados servicios esenciales.

En el Barranco de las Cinco Villas, el municipio de Mombeltrán (991 habitantes), ha comprobado cómo su población continua este verano se sitúa en torno a las 3.000 personas, según señala el alcalde, Francisco Hernández, quien ha hecho un llamamiento a algunos de estos vecinos para que se empadronen para mejorar los ingresos.

Lo mismo ha hecho el municipio de Arenas de San Pedro, tercero de la provincia con 6.517 habitantes. Su alcalde, Juan Carlos Sánchez Mesón, que ha constatado un incremento de los empadronamientos en 49 personas desde el pasado 14 de marzo, ha puesto en marcha una campaña presencial y a través de las redes sociales para que la localidad aproveche esta oportunidad e incremente su censo. A ello deben contribuir, entre otros, aquellos que, viviendo en el municipio, no están empadronados en él.

Este fenómeno que se percibía desde hace algún tiempo, a raíz del confinamiento, se ha observado también en Sotillo de la Adrada, con cerca de 100 nuevos vecinos a raíz de la pandemia, así como en Navaluenga, con medio centenar.

Esta circunstancia hará que el próximo informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) refleje, por primera vez en varios años, un incremento de la población en la provincia de Ávila. Este verano atípico ya apunta a ello, con unos pueblos repletos de gente que veranea a la antigua usanza, aunque con servicios que, en algunos casos, ya no dan más de sí.

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