Una EBAU más «flexible» por el coronavirus
La selectividad, marcada por la crisis sanitaria, concentra a cerca de 12.000 estudiantes de toda la Comunidad y se adapta a la situación excepcional con más alternativas de respuesta y menos temario del último trimestre
Las noches en vela, los tacos de apuntes y los nervios iniciales están a punto de llegar a su fin para los estudiantes de segundo de bachillerato. La selectividad más atípica arrancó ayer en Castilla y León con los primeros exámenes de la fase general y finalizarán mañana con las últimas pruebas de la fase específica.
La Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) concentra a cerca de 12.000 estudiantes de la Comunidad, un 26% más que el curso pasado, que han superado los meses de estudio en confinamiento.
Las aulas de las 53 sedes designadas para estas pruebas se llenan estos días de estudiantes , tres meses después de declararse la pandemia que les obligó a convertir sus habitaciones en bibliotecas privadas.
Con casi un mes de retraso con respecto a las fechas de años anteriores y las medidas de seguridad para evitar la propagación del coronavirus, la EBAU de este año se libra de forma más flexible, para adaptarse a la situación excepcional causada por la enfermedad.
Los aspirantes a universitarios afirman haber pasado unos meses de « ansiedad » y « estrés ». Y es que preparar unas pruebas de acceso en medio de una pandemia mundial no es lo ideal, pero « es cuestión de organizarse », afirman.
«Ha sido más trabajo por tu cuenta, los profesores ponían tareas y te explicaban, pero lo de entenderlo y practicarlo era cosa nuestra», relatan.
A ello se le añade la dificultad de no haber tenido clases presenciales o pruebas durante la fase más importante del curso. «En el instituto, en el tercer trimestre, los exámenes son más completos y nos miden también el tiempo. Y quizá te lo has estudiado todo, pero no te ha dado tiempo a escribirlo. Si tardas mucho o tardas poco. Y sin eso, a la hora del examen te enfrentas a una dificultad nueva» señalan.
Aunque admiten también que esta complicación se ha «compensado» con más "flexibilidad" en las pruebas.
«Se han portado, nos han dado varias opciones y hemos podido elegir. Han aumentado las posibilidades porque han puesto un tema más en literatura y se ha reducido el temario del trimestre que no hemos cursado de forma presencial».
Las opciones han aumentado en la línea de lo marcado por la Consejería de Educación de adaptar la estructura y el contenido de la prueba para dar una mayor optatividad al bachiller . De esta manera, el estudiante tiene más posibilidades de responder correctamente a las preguntas y, por lo tanto, de aprobar y conseguir una mejor nota.
Una mayor optatividad que, en efecto, se ha reflejado en el examen de Lengua Castellana y Literatura II, donde a diferencia del curso pasado en el que el alumno tenía que elegir entre uno de los dos temas planteados, los estudiantes han tenido tres temas. Además, se ha repetido ‘La novela de 1939 a 1975. Camilo José Cela, Miguel Delibes’, que ya ‘cayó’ el año pasado en la convocatoria ordinaria de junio. Los otros dos temas fueron ‘La poesía a principios de siglo. Modernismo y Generación del 98. Rubén Darío y Antonio Machado’ y ‘El teatro de 1939 a 1975’. Antonio Buero Vallejo’, según informa Ical.
Al miedo común a la EBAU, este año se ha sumado el miedo al coronavirus . Las aulas se han adaptado a la actual situación sanitaria, guardando la distancia de seguridad de un metro y medio y la colocación de geles desinfectantes a la entrada y salida.
Además, los estudiantes han tenido que introducir todas sus pertenencias en bolsas de plástico, sin la posibilidad de compartir objetos como bolígrafos o lápices. Por su parte, el uso de mascarilla durante las pruebas «es recomendado, pero no es obligatorio porque se mantiene la distancia », comentan.
Los nervios iniciales se van disipando con los exámenes del primer día y dan paso a una de las últimas noches en vela para preparar la prueba de la asignatura troncal en función del itinerario del Bachillerato cursado: Matermáticas II (rama Ciencias), Matemáticas aplicadas a las Ciencias Sociales (Ciencias Sociales), Latín II (Humanidades) y Fundamentos de Arte II (Artes).
Además, la Selectividad contempla una fase voluntaria o específica que permite elevar la nota de admisión a las distintas titulaciones que ofrecen las universidades, hasta un máximo de cuatro puntos. Deberán elegir entre las troncales generales que no hayan realizado en el bloque obligatorio (Matemáticas II, Matemáticas de Ciencias Sociales, Latín y Arte) y entre las asignaturas opcionales (Biología, Geología, Física, Química, Dibujo Técnico, Geografía, Historia del Arte y Artes escénicas, entre otras).
El estudiante superará la EBAU si la media aritmética de las calificaciones de las materias generales del bloque de asignaturas troncales es cuatro o superior. Esta nota supondrá el 40% de la calificación para acceder a la universidad mientras que el otro 60% corresponde a la nota de Bachillerato. Para conocer los resultados, los alumnos deberán esperar al 10 de julio y comprobar si han obtenido suficiente nota para entrar en la carrera deseada.
Tres días de nervios, apuntes y esfuerzo, marcados por la crisis sanitaria, terminan el viernes y darán paso a una nueva etapa o un nuevo camino, dejando atrás las dificultades. Y es que como escribía Delibes «las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así» .