CÉSAR PONTVIANNE
«La figura del empresario va a salir reforzada de esta crisis, pese a que desde un sector del Gobierno se ha querido dañar su imagen»
Presidente de Iberaval
La economía de Castilla y León cuenta con grandes empresarios y emprendedores. Gentes que apuestan por esta tierra y que creen en su potencial, incluso en momentos tan duros como los que se están viviendo ahora con la crisis del coronavirus. César Pontvianne (Salamanca, 1982) es uno de ellos y, desde el conocimiento que le da su experiencia empresarial, no duda en la capacidad de los castellanos y leoneses y de esa tierra para superar este difícil momento. Pero, para los más incrédulos, pone encima de la mesa «una fuente de referencia» como es Hispalink, que «plantea que a Castilla y León le costará menos salir de la crisis».
PREGUNTA.- ¿La crisis económica que dejará el coronavirus será tan severa como pronostican los economistas o cree que están sugestionados por el ridículo que hicieron en 2008 cuando ninguno avisó de lo que venía?
RESPUESTA .- Desgraciadamente todo el mundo puede comprobar la cantidad de personas en Ertes que se han parado completamente, negocios que no han podido abrir... Ojalá pudiera ser más optimista, pero el conjunto de los economistas sigue planteando volúmenes de caída de PIB de un calibre tan grueso como nunca se ha visto desde la Segunda Guerra Mundial.
P.- ¿La recuperación la ve a medio plazo, al 2022, como ya empiezan a augurar esos economistas, hasta ahora expertos en predecir el pasado?
R .- Lo probable es que la recuperación, hasta llegar a volúmenes de PIB como el que teníamos en febrero de este año, no se produzca de forma inmediata. Hay un consenso general en este sentido. El año 2022 es una fecha razonable para pensar en la salida de esta crisis, sin embargo, el primer rebote entendemos que puede ser rápido. Pero el segundo, con sectores a remolque, va a ser complicado porque hay problemas por ejemplo en bienes de inversión.
P.- Dicen los expertos que es esencial en estos primeros momentos dotar de liquidez a las empresas para evitar su naufragio. ¿El sistema financiero está tan fuerte como dicen para hacer frente a esa inyección de liquidez inmediata?
R .- Creo que no hay duda. El apoyo del ICO por 100.000 millones de euros ha sido fundamental en un primer momento, aunque no será suficiente. Inyectar dinero para las cadenas de cobros y pagos sigan funcionando es crítico para mantener la actividad económica. Por eso es tan importante recuperar la normalidad cuando las condiciones sanitarias nos lo permitan. De todas maneras, como usted dice, la clave para salvar este momento de la crisis es contar con liquidez. Es mejor que paguemos unos intereses, que ahora mismo son baratos, a perder nuestro medio de vida, es decir, la empresa.
P.- ¿Qué sectores creen que van a sufrir más en Castilla y León o ya están sufriendo, a la vista de las empresas que se está dirigiendo a Iberaval?
R .- La automoción y auxiliar de automoción, al ser un bien de inversión duradera, será uno de los más impactados en esta crisis. Pero aparecen nuevos nichos que hay que ir aprovechando: el turismo rural puede ser ahora más apetecible, frente al de sol y playa o al exterior. España como país es viable y potente. Como lo es Castilla y León. Ahora es nuestro momento, el de los empresarios que llevamos toda la vida buscando oportunidades y soluciones donde sólo nosotros éramos capaces de verlas.
P.- Usted es empresario en Salamanca. Pero su industria, del sector de la automoción, depende fundamentalmente del mercado exterior. ¿Esa dependencia ahora le perjudica o le beneficia?
R .- Toda actividad internacionalizada diversifica sus riesgos y aprovecha mejor las oportunidades que aquella que se concentra exclusivamente aquí. Por tanto, aunque es un sector especialmente impactado, esa internacionalización es una fortaleza para afrontar la crisis. Existirán mercados que por las políticas de apoyo a la demanda o por medidas extraordinarias de liquidez se recuperen antes que otros
P.- Hay sectores que, como el de la automoción, no pueden depender de la demanda interna. ¿Va a sufrir la industria automovilística, porque en Castilla y León somos los primeros productores de vehículos de España?
R .- Sin duda, pero Castilla y León exporta principalmente basándose en la automoción. Si nuestro país es uno de los más afectados por la crisis del Covid-19 y los vehículos salen a otros países menos afectados, tendrá un impacto menor que si se vendiera todo en España.
P.- ¿Qué le parecen las medidas económicas que está adoptado el gobierno de Pedro Sánchez? ¿Qué eliminaría o incorporaría para proteger a las empresas y a los trabajadores?
R .- Lo primero que tengo que decir es que la figura del empresario va a salir reforzada de esta crisis, a pesar de que, en algunas circunstancias, y por parte de cierto sector del Gobierno central, se ha querido dañar nuestra imagen. En cuanto a las soluciones, obviamente nunca serán todas las necesarias, pero por ejemplo la planteada con los créditos ICO a mí me parece clave. Lo que no entiendo es que, con la que está cayendo, la gran preocupación sea tumbar la reforma laboral, que tanto nos ayudó a salir de la crisis anterior, como así reconocen las principales instituciones europeas, lo que va a suponer mayor desempleo.
P.- ¿Y qué le parecen las decisiones que está adoptando el gobierno de su paisano Alfonso Fernández Mañueco? ¿En qué se equivoca y en qué debería acertar más?
R .- Le diré lo que afecta a Iberaval: estamos en camino de cuadruplicar el apoyo que recibimos del ICE para ayudar a las pymes en la obtención de su financiación. Esto tiene una incidencia directa en miles de pequeñas y medianas empresas que constituyen el músculo sólido de nuestra economía. Creo que ha sido sensible a lo que están demandando pymes, autónomos y emprendedores. Por otra parte, me gustaría destacar la comunicación que ha existido con las consejerías que nos afectan, porque desde el primer momento hemos estado en plena comunicación para intentar, entre todos, sacar esto adelante.
P.- ¿Los empresarios echarán de menos a Germán Barrios, un político que conocía como nadie los entresijos laborales y empresariales de Castilla y León?
R .- Germán Barrios es un tipo que lleva toda su vida en la Administración, una persona que la conoce al dedillo, del que nadie puede dudar en dedicación y que ha trabajado duro para llegar a consejero. Las reacciones posteriores a su cese por parte de los agentes sociales creo que responden a esa pregunta, aunque ya sabe usted que en este momento de nuestra vida social y política parece que nada dura demasiado. Ahora, la clave es tomar decisiones, y que las que se tomen sean lo más acertadas posibles, con el objetivo de solucionar los aspectos económicos una vez que los sanitarios estén atenuados.
P.- Menos de uno año y el gobierno de coalición ya ha sufrido una grieta importante, además no entre los dos partidos, sino dentro de uno de ellos, Ciudadanos. ¿Le parece responsable exhibir estas cuitas internas en medio de la crisis más grave que ha atravesado el planeta desde la Segunda Guerra Mundial?
R .- No creo que las líneas políticas de actuación cambien sustancialmente o varíen mucho por esa otra crisis. La verdad es que tal vez todos debamos hacer un ejercicio de situar sobre el papel qué es lo importante en este momento. La gente demanda soluciones, no problemas. Por eso, entiendo que ahora más que nunca tal vez sea el momento de lavar los trapos sucios en casa y pensar en el conjunto.
P.- El turismo que va a reflotar con fuerza va a ser el de interior. Eso lleva a ofrecer una marca con garantías de salud. ¿Cómo va a hacer eso Castilla y León con las cifras que ha exhibido en la pandemia y siendo una de las que más retraso lleva en la desescalada? El mensaje no es nada tranquilizador, ni alentador.
R .- Podemos hacer la lectura contraria: porque es cierto que Castilla y León es probablemente la región más envecejida de España, la que mayor dispersión geográfica tiene y en la que más cautela se está aplicando en el momento de desescalar. Esto último a mí lo que me transmite es un mensaje de tranquilidad. ¿Duda alguien del potencial del turismo de interior, rural y de aventura de Castilla y León? Creo que basta con echar un vistazo a las cifras y entender que tenemos realmente una oportunidad a corto y medio plazo que hemos de aprovechar.
Tenemos al lado a Madrid, y si habitualmente convivimos con miles de madrileños cada verano, creo que este año serán más. De hecho, si me pregunta por el turismo rural, posiblemente no haya suficiente oferta para atender la incipiente demanda que ya se está empezando a ver desde la capital de España. Si se reorienta sol y playa, que es más masivo, a otro turismo más personalizado, el problema va a ser el contrario. Sinceramente, las circunstancias sanitarias vividas, tanto aquí como en el resto de España, no creo que varíen mucho esa realidad.
P.- ¿Cree que a la Junta le han faltado reflejos, eso que el Gobierno llama ahora prudencia, a la hora de alinearse con el resto de territorios en la desescalada?
R .- Los temas sanitarios creo que deben solucionarlos los expertos y yo no lo soy, pero en los económicos, cuanto antes tengamos una solución para poder volver a la normalidad, mucho mejor para la economía. Hay estudios que hablan del impacto en el PIB que supone retrasar el paso a nuevas fases de desescalada, pero el criterio sanitario es clave, sobre todo en una Comunidad como ésta y más si tenemos en cuenta que la enfermedad azota especialmente a la población mayor de 65 años, por tanto, la más expuesta. Dicho esto, sin duda ha primado el criterio sanitario. Desde el ámbito económico, sí hemos echado en falta, aunque esto no es privativo de Castilla y León, una mayor opción de reactivación. Y, por supuesto, un mayor compromiso con el resto de la sociedad de ciertos sectores como el de los empleados públicos, que han estado durante estos dos meses en una especie de ‘no crisis’.
P.- Los partidos, principalmente PSOE y PP, están intentando fraguar un gran pacto de Comunidad. ¿Deben consultar con los empresarios? ¿Cuáles deben ser, a su juicio, los ejes y los argumentos fundamentales de ese pacto de comunidad?
R .- Es momento de plantearse un ajuste expansivo, es decir, una acción en la que se recorten gastos que generan escasa actividad en la economía aparte de revisar el gasto público para, por el contrario, incrementar, por parte de la Administración, las inversiones. Ahora que el problema sanitario está en vías claras de solución es el económico el que hay que resolver. Para mí, es fundamental mantener inyecciones fuertes de liquidez, que se produzcan resoluciones rápidas de los Ertes y la posibilidad de ampliación de los plazos de regulaciones temporales para evitar despidos. En ese escenario, los empresarios y los agentes sociales juegan un papel de liderazgo muy importante, y característico en Castilla y León. Por otra parte, es fundamental conjugar la atención social de quienes han visto cómo esta crisis les ha arrasado, con una visión económica en la que se elimine de una vez la burocracia innecesaria que ahoga a muchas empresas o esa especie de persecución regulatoria que más que ayudar al conjunto, oprime a quien afecta.
P.- ¿Por las singularidades y las dificultades del territorio, está más preparado el empresario de Castilla y León para afrontar esta crisis?
R .- Hispalink, que es una fuente de referencia, plantea que a Castilla y León le costará menos salir de la crisis, pero con algunas salvedades… Tenemos industrias en alza como la agroalimentaria, por la que hemos de seguir apostando, así como polos de I+D. Además, el tejido productivo de Castilla y León es más pequeño y familiar que el del resto de España, lo que genera mayor unión de las empresas con el territorio. Tenemos un sector agroalimentario potente, como digo, y eso va a ayudar. Pero otros, como el de la automoción va a ser el más impactado en aquellas provincias donde existen plantas industriales y auxiliares. Otro motivo para sumar a la esperanza es nuestra forma de ser: nuestro carácter, ya lo he remarcado con anterioridad, el castellano y leonés es trabajador, responsable y comprometido con su labor, valores que van a ser claves en esta crisis.
P.- ¿Tenemos una buena Sanidad? ¿O vivíamos un sueño dogmático de creer que teníamos un gran sistema que a las primeras de cambio se desmoronó?
R .- Hay que valorar lo que tenemos y hacer una comparación neutra, y de ahí no podemos sacar otra conclusión más que contamos con una de las mejores sanidades de Europa: universalizada, prácticamente gratuita y que, sinceramente, para los medios con los que ha contado, porque no estábamos preparados para esto, ha respondido. Más parece un problema de falta de previsión que de Sanidad. Por otra parte, no diré nada nuevo si añado que hay que hacer un reconocimiento absoluto a los profesionales. Dentro del sector público son el ejemplo de esta crisis.
P.- El virus sigue ahí fuera, ¿teme que un rebrote, además agravar la tragedia, desbarate todos los planes? Porque se han hecho planes políticos y económicos sin pensar que esto ha sido un sueño y está pasando.
R .- Los expertos hacen referencia a que cualquier pandemia tiene rebrotes posteriores. Siendo cierto que estábamos mal preparados y que tomamos decisiones tarde con respecto a la pandemia, en cambio, en este momento, sobre todo socialmente, se están adoptando medidas de distanciamiento que evitan ponérselo fácil al virus. Los últimos planteamientos que proceden de las fuentes oficiales señalan que los rebrotes esperados se atenúan. Es probable que haya coletazos, pero eso no tiene por qué suponer un cierre total como el que ha habido. En todo caso, que la economía esté activa será bueno para todos.
P.- ¿Cómo será la nueva normalidad para la economía y el mercado laboral?
R .- Teletrabajo, digitalización, menos consumo en viajes innecesarios… Algo quedará de todo eso. Pero la nueva normalidad se va a parecer mucho a la antigua. En todo caso, hay una parte que depende del legislador y que está conectada con la destrucción de empleo, que es la reforma laboral. Ya entendimos en la crisis anterior que las rigideces en una empresa implicaban el despido total y la flexibilidad evitaba ese extremo drástico.
P.- ¿Europa ha sido el gran fracaso de esta crisis o sólo ha venido a certificar que Europa es un fracaso, que no ha sabido dar una respuesta inmediata y para todos cuando vimos casi a cámara lenta como el virus entraba y se propagaba por el norte de Italia?
R .- Esta crisis ha provocado un nivel de gasto sanitario nunca antes conocido, al que acompañará también un gasto social, atención a desempleados, enorme. Los ingresos públicos no pueden cubrir este gasto público, por lo que se generará déficit y esto habrá que cubrirlo con financiación, que en un 70% es esencialmente exterior. Es razonable que esa financiación, ya comprometida, llegue de Bruselas necesariamente por los altísimos volúmenes a los que vamos a tener que acudir. Por ello, Bruselas actuará de amortiguador financiando estas necesidades, con sus condiciones, sobre todo si durante nuestros años de expansión económica no hemos sido capaces de reducir nuestro déficit. Eso, como es lógico, genera desconfianza en la entidad que nos tiene que prestar, como nos ocurriría a cualquiera de nosotros. Sin embargo, creo que es la hora de Europa; va a estar ahí. Y creo que lo hará no sólo por España, sino también por algunos de los países que la fundaron, como Italia y Francia. Arrimará el hombro.
P.- ¿Tenemos que reconsiderar nuestro modelo productivo? Por ejemplo, no disponer de empresas que hacían equipos de producción, y tener esta sobredependencia de China y otros países.
R .- Cambios drásticos de modelo productivo en dos años no los vamos a ver. Sin embargo, se detectan aspectos relacionados con la cadena de suministros que cambiarán. Que haya mayor producción nacional de productos estratégicos como se ha visto en este caso con los del sector sanitario. Reduciéndose el volumen de globalización, pero manteniendo unas exportaciones significativas.
P.- ¿Tenemos que dejar de depender tanto de esos países que son dictaduras y que producen a bajo coste por pura estrategia? Un ejemplo es el sector de la automoción en Castilla y León, que puede ser competitivo, además de ofrecer seguridad.
R .- Efectivamente, el modelo de producción de la automoción por su aspecto industrial, la potencia que tiene en el PIB y la capacidad de innovación es un ejemplo que nos puede servir de guía para en un futuro realizar compras más conectadas con las producciones nacionales y no sólo con los costes de producción como veníamos haciendo hasta ahora. Probablemente, el Estado pueda ayudar con un plan impulsor de las compras de este bien que tanto empleo genera en España.
P.- ¿Hay una oportunidad para fraguar una industria distinta o complementaria ante las amenazas que nos ha dejado el coronavirus?
R .- Todos estamos viendo cómo se está enfrentado esta crisis por las diferentes administraciones, los empresarios, los trabajadores y creo que es de destacar la flexibilidad con la que los empresarios se han enfrentado a reducir la producción, como ahora a reactivarla. Sirva como ejemplo el gran número de empresas que han reorientado su producción a crear mascarillas, respiradores, pantallas de protección, EPIs, etcétera…
P.- ¿Ese es el principal reto de las administraciones y los agentes sociales, encaminar a los emprendedores y trabajadores hacia una nueva normalidad productiva que se va a abrir con la inseguridad que nos deja la pandemia?
R .- De la capacidad de reactivación que tengamos dependerá la salida de una crisis tan profunda como la que se ha producido en estos dos meses. En esto afectará la implicación de los empresarios para poner en marcha su empresa, pero también la de los trabajadores para ayudar a hacerlo o la de los consumidores para continuar la cadena de actividad que tanto bienestar nos producía antes de esta crisis. Creo que ha llegado el momento de pasar de la preocupación a la ocupación. De las musas al teatro. Salir a la calle y afrontar, eso sí, con todas las garantías de seguridad, una situación que, no me cabe ninguna duda, nos vamos a empeñar en superar. Y lo haremos.