Los restos humanos hallados cerca de un pueblo de Burgos son de la mujer desaparecida en febrero

Los restos humanos hallados hace un mes en el entorno de Pinilla de los Moros pertenecen a Valentina Arnaiz, la mujer desaparecida de esta localidad burgalesa el pasado 29 de febrero. Los análisis realizados por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses confirmaban que los restos humanos hallados por una cuadrilla de trabajadores forestales el pasado 5 de octubre pertenecían a la mujer desaparecida.

Ese día, la Comandancia de la Guardia Civil, según informaban fuentes del Instituto Armado, recibía un aviso a las 17.00 horas. Un grupo de trabajadores forestales que estaba realizando unas labores en un monte ubicado en el entorno de Pinilla de los Moros, más concretamente entre las localidades de Jaramillo Quemado y Piedrahita e Muñó, encontró unos restos óseos que podrían ser humanos.

Tras el hallazgo, los trabajadores se pusieron en contacto con la Guardia Civil, que desplazó a la zona a agentes de Policía Judicial para recoger los restos y analizar el entorno. Se trata de una zona de monte que está muy retirada, de difícil acceso, por la que no hay caminos, alejada de los núcleos de población del entorno.

A partir de ese momento, la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil abría una investigación para determinar si podía haber indicios de criminalidad en los restos encontrados, así como determinar a quién correspondían los restos humanos encontrados, por lo que se han derivado al Instituto de Medicina Legal de Burgos para su análisis, para obtención de muestras de ADN que se puedan cotejar con el de familiares de la mujer desaparecida en febrero.

En la zona en la que los trabajadores forestales hallaron los restos humanos no se realizaron labores de búsqueda de Valentina al ser un lugar muy alejado y muy poco accesible. Las labores de búsqueda, desde que se denunció su desaparición, se centraron en el entorno del río Pedroso, que pasa junto a Pinilla de los Moros.

Hay que recordar que Valentina desapareció en unas fechas en las que había unas condiciones durísimas de agua, frío y nieve, en días en los también nevó. Esta situación meteorológica hacía que la búsqueda en el río Pedroso fuera más complicada para los efectivos desplazados en la zona.

El pasado mes de septiembre se volvió a rastrear el entorno del río Pedroso con integrantes de los GEAS (Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas) de la Guardia Civil, así como con un helicóptero.