Cisma en la Iglesia
Las monjas de Belorado explican que su cisma empezó en la pandemia
Las monjas lamentan que, con la prohibición de procesionar los sacramentos, la Iglesia “dejaba de hacer lo que siempre había hecho y abandonaba el cuidado de la vida eterna, por el supuesto cuidado de la vida temporal”
Las monjas clarisas del Monasterio de Santa Clara de Belorado situaron este sábado el inicio de su cisma con la Iglesia en la prohibición de esta de procesionar los sacramentos en marzo de 2020, con motivo del Covid-19. Así lo trasladan en un comunicado a través de las redes sociales, que acompañan de una manifiesto católico de 70 páginas.
Así, recuerdan que el año 2020 supuso un “momento de preguntas, choques, contradicciones…”, principalmente cuando en marzo de aquel año se decretaron medidas excepcionales en todo el mundo, guiadas por los organismos internacionales. Aquellas “medidas extremas”, explican, “en el caso de España nunca llegaron a prohibir la asistencia a los sacramentos”. No obstante, ante los “supuestos graves peligros para la salud, surgió de la Conferencia Episcopal la prohibición de asistir a los templos y a los enfermos en sus domicilios”. “Verdaderamente doloroso fue escuchar a los supuestos pastores explicar que los sacramentos no eran necesarios, que cuando pasase el peligro ya se podría hacer”, critican, según informa Ical.
En este sentido, consideran que la Iglesia “dejaba de hacer lo que siempre había hecho y abandonaba el cuidado de la vida eterna, por el supuesto cuidado de la vida temporal”. Lamentan que el propio papa Francisco “mostró cómo la imagen que en anteriores pandemias había sido sacada en procesión, quedaba inmóvil en el Vaticano”.
“Ante estos hechos, ante este cambio de rumbo, las hermanas no podíamos más que preguntarnos qué estaba pasando, tanto fuera de la iglesia, como dentro, sobre todo dentro de ella. Preguntas, investigación, estudio, oración… Poco a poco, algunas de esas preguntas fueron obteniendo respuestas…”, se despiden las monjas, en un texto que acompañan de una imagen de Santa Clara rechazando a los sarracenos con el Cuerpo de Cristo.