Diario de Castilla y León

SANIDAD / CORONAVIRUS

Los Pinares de Burgos esquivan al coronavirus que asola Soria y temen los desplazamientos

Los vecinos de Quintanar, preocupados por los sorianos que van a la compra: «no podemos prohibirles la entrada». Canicosa ya tomó medidas «antes de que el Gobierno decretara el estado de alarma»   

Personal de la Junta desinfectó ayer cajeros, contenedores, el centro de salud y las calles de Quintanar. ECB

Personal de la Junta desinfectó ayer cajeros, contenedores, el centro de salud y las calles de Quintanar. ECB

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PAULA GIL / BURGOS
Valladolid

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Una frontera invisible aísla a los pueblos de la zona burgalesa de Pinares del coronavirus que se está manifestando de forma dramática en la parte soriana de la comarca con multitud de fallecimientos. Los alcaldes burgaleses lo llaman «prevención».

Esta epidemia se ha propagado de forma muy distinta a ambos lados de la raya de Pinares y mientras que los municipios sorianos de Covaleda y Duruelo suman 25 muertes, Regumiel de la Sierra, que se ubica tan solo a siete kilómetros del territorio durolense y la frontera con Soria, no registra ningún caso de Covid-19.

El alcalde de la población burgalesa, José Luis Vázquez, supone que los casos de Soria se deben a desplazamientos innecesarios, lo que pudo aumentar el riesgo de contagio. Por esto, para evitar que ocurra lo mismo en su pueblo el primer edil, «personalmente», desinfectó ayer aceras, contenedores y principales zonas de acceso como comercios de alimentación o farmacias en compañía del alguacil. 

Un gesto al que los vecinos de Regumiel no responden igual pues «hay gente que no se conciencia de que esto es más grave de lo que parece y pasean de una punta del pueblo a la otra», confiesa.

Para localizar y escarmentar a los infractores Vázquez está en contacto «todos los días» con la Guardia Civil y prevé que sancionarán a más de uno por no respetar el confinamiento. «Después lo lamentarán», añade.

Sin embargo, el mayor miedo de los vecinos de Regumiel de la Sierra es que personas o núcleos familiares que cuentan con una segunda residencia en la localidad consigan saltarse los controles policiales y se desplacen hasta el municipio burgalés . «Sabemos que hay gente que quiere venir», confirma, preocupado.

Canicosa, prevenida

Por su parte, el alcalde de Canicosa de la Sierra, Ramiro Ibáñez, tiene muy claro que la prevención es lo que ha llevado a los municipios de la comarca de Pinares a esta situación tan afortunada, en la que apenas tienen casos de coronavirus. Comenta que él, como primer edil, se anticipó a los hechos pues observaba cómo se sucedían los acontecimientos en China e Italia. «Se tomaron medidas antes de que el presidente del Gobierno decretara el estado de alarma», manifiesta.  «Aunque al principio parecía algo bronco la gente entendió el asunto y acató sin mayor problema», recuerda.

Además de las medidas habituales como la limpieza y desinfección de calles, Ibáñez apunta que los vecinos también han respondido respetando el confinamiento. «Es sentido común», agrega mientras recuerda que cuando todavía «no había nada nosotros ya sacábamos bandos esenciales».

Explica también que los ánimos en la residencia de personas mayores están bien puesto que todos los usuarios afrontan con positividad esta crisis y se protegen del coronavirus adoptando las medidas de seguridad. Hasta les ha dado tiempo para hacer un vídeo en el que se aprecia lo bien que llevan la situación.

Para demostrar que el pueblo «no está muerto», junto a la parroquia de Regumiel de la Sierra, ambas congregaciones participarán en una serie de misas online con motivo de la Semana Santa. Entre las iniciativas que se están llevando a cabo en la localidad también destaca la confección de mascarillas por parte de varias vecinas.

Palacios, sin casos

Por otro lado, Palacios de la Sierra es otra población afortunada de la zona pinariega pues al igual que Regumiel y Canicosa tampoco registra ningún caso de Covid-19. Su alcalde, Óscar Vicente, señala que se desplaza con frecuencia hasta el centro de salud de Quintanar para recoger volantes médicos, recetas o cualquier tipo de notificación de los vecinos de la zona.

En cuanto a la limpieza de la localidad, a diferencia del resto de municipios, los operarios del Ayuntamiento sulfatan todos los días a primera hora de la mañana antes de que abran los comercios para no interrumpir la actividad económica. A esto se suma la colaboración de la UME que la semana pasada desinfectó la residencia de Palacios de la Sierra, un gesto que el alcalde agradece. 

Vicente califica de «dramática» la situación que atraviesa Soria en cuanto a contagios y fallecimientos y es por eso que invita a los habitantes del municipio a que se queden en sus domicilios y no se salten el confinamiento. «Tenemos bastante miedo pues aunque pertenecen a otra provincia son pueblos cercanos». Agrega que si las transmisiones se produjeran en Palacios «estaríamos en las mismas circunstancias» ya que el medio rural se encuentra «condicionado» por la elevada edad media de sus habitantes.

Por otra parte, el alcalde recrimina que no se le otorgue prioridad alguna a las personas mayores a la hora de que sean atendidas por los servicios sanitarios dado que son más vulnerables para ‘luchar’ contra el virus. Vicente lo considera esencial ya que en el entorno rural «siempre» hay menos recursos que en la ciudad.

Pese a eso, cree que la colaboración de los cuerpos de seguridad, la «extrema» precaución que tiene el Ayuntamiento desde el primer momento así como una buena higiene y el buen comportamiento de los vecinos son los factores clave para no registrar ningún caso de coronavirus. «Si somos muy estrictos y cumplimos con todas las indicaciones los riesgos se pueden eliminar».

UN CASO EN QUINTANAR

Quintanar de la Sierra contabiliza solamente un caso de coronavirus. Se trata de una mujer de ochenta años que a pesar de tener una gran tendencia a padecer anemia, actualmente se encuentra ingresada en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) «sin ningún síntoma». Mientras tanto, su marido y su hijo se encuentran en aislamiento domiciliario a la espera de someterse a la prueba, explica la primer edil del municipio, Montserrat Ibáñez.

Y es que la zona de salud básica que tiene por cabecera a Quintanar registra un porcentaje de contagios del 0,92% respecto a la cifra de tarjetas sanitarias adscritas al centro de salud y un total de 29 casos confirmados del coronavirus. Al otro lado de la frontera provincial, en la zona de salud de Covaleda ese porcentaje es del 3,32% según los datos facilitados por la Junta. La máxima representante del Ayuntamiento aventura que ese mayor índice de contagios se debe a la proximidad de la zona con La Rioja, uno de los principales focos de contagio al inicio de la pandemia. 

Que se queden en Soria

A sabiendas de que en las comarcas sorianas hay «muchos más» contagios, a Ibáñez le preocupa que muchos vecinos de Covaleda acudan a Quintanar para realizar la compra pero también es consciente de que «no podemos prohibirles la entrada». La alcaldesa se lo ha notificado a la Guardia Civil ya que «muchos vecinos están preocupados». Es por eso que los cuerpos de seguridad ruegan a los residentes de Soria que si tienen la opción, hagan la compra en su zona para evitar que el virus se propague. Mientras tanto en Quintanar de la Sierra continúan con la desinfección de las calles y principales zonas de acceso y con las labores de voluntariado. «Estamos a disposición de quien nos necesite».

La expansión del coronavirus está haciendo estragos en la zona de Pinares, especialmente en Covaleda y Duruelo. Según confirmó el párroco de Covaleda, Jesús Mendoza, que atiende a esas dos localidades, en este mes de marzo se ha oficado 25 entierros, de los que 9 han correspondido a internos de la residencia de Duruelo. No hay confirmación oficial de que el Covid-19 esté detrás de la pérdida de todas estas vidas, pero en un mes normal los entierros son 4 o 5. «Ha habido días con 3 entierros, estamos saturados», reconoce el sacerdote. Los últimos datos de la Junta indican que en esa zona de Salud hay 11 personas enfermas con una media de 3,32% de enfermos, informa  José Sosa.

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