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Héroes anónimos pese a la falta de recursos

El sector del transporte mantiene el abastecimiento pese a las dificultades  

Imagen de dos transportistas en un área de servicio. ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
DANIEL MONTES / BURGOS
Valladolid

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El coronavirus afecta a todas las áreas de la economía burgalesa. El sector del transporte, un eslabón fundamental en el abastecimiento de la provincia, se encuentra ante una situación de incertidumbre y cierto abandono.

Muchos de sus trabajadores continúan con su rutina desde que se decretó el estado de alarma en el país y su labor de suministro se ha vuelto aún más necesaria. Sin embargo, las empresas aún no han recibido las mascarillas solicitadas y los transportistas realizan cada día un recorrido en el que escasean los servicios de higiene personal y alimentación.

Entre los afectados por esta situación se encuentra José Luis, un trabajador autónomo que cubre a diario la ruta entre la capital burgalesa y País Vasco. Como transportista relata las dificultades que se encuentran tanto él como sus compañeros a la hora de desempeñar su trabajo. El cese de la actividad de los servicios de alimentación y aseo en carretera les afecta en los trayectos que efectúan a diario: «Han cerrado todos los restaurantes de carretera, por lo que no podemos comer un plato caliente ningún día. Solo abren las gasolineras, así que al final dependes de lo que puedas traer hecho de casa», explica. El Real Decreto aprobado hace una semana exponía que los establecimientos que dispusieran de servicio de cocina o restauración debían facilitar un catering a los transportistas.

Gustavo, otro transportista que también trabaja como autónomo en la provincia, reconoce que son pocos los casos de establecimientos que permanecen abiertos. «En alguno te sirven un menú o un bocata y te lo llevas a la cabina, pero casi todos están cerrados ya», explica. Además de esto, en los puntos de repostaje no se están habilitando zonas de aseo en las que el trabajador que realiza jornadas largas pueda ducharse. «Es algo que ocurre en todas las provincias por las que pasamos.

Únicamente puedes llenar el depósito del camión y lavarte un poco las manos o la cara», reconoce José Luis. Esto ha provocado que muchos conductores reduzcan el número de paradas que efectúan en sus trayectos.

Debido a ello, el burgalés  propone como solución habilitar puntos concretos en los que los transportistas puedan alimentarse y descansar. «Se podrían emplear comedores en los que se controlase el aforo y las medidas de seguridad sanitaria. Ubicar un par de puntos en el trayecto a Madrid y que estuviésemos informados de ello, algo que no ocurre a día de hoy», señala. Los talleres también permanecen cerrados, por lo que el conductor solo puede llamar a uno de ellos en caso de avería urgente de su vehículo.

Por otra parte, las empresas han activado protocolos para evitar que sus empleados contraigan la enfermedad durante la jornada laboral. Los conductores han de usar gel desinfectante para lavar sus manos y emplear guantes y mascarillas. Sin embargo, no todas gozan de estos elementos con los que proveer a sus trabajadores. Muchos empleados, al funcionar como autónomos han de aportar su propio material de protección. «No todas las empresas obligan a llevarlos, pero creo que es lo mejor que podemos hacer y debería ser así en muchos tipos de trabajos», afirma Gustavo. Las compañías esperan recibir pronto las mascarillas que aportará el sector público, pero aún desconocen cuándo va a tener lugar esta entrega.

Del mismo modo, los conductores se encargan de desinfectar sus vehículos con frecuencia, ya que estos son utilizados por varias personas. Desde las empresas se ha informado a los trabajadores de medidas con las que evitar la exposición al contagio. «En la carga y descarga mantenemos las distancias y empleamos los equipos de protección necesarios. Los operarios introducen la mercancía y los conductores permanecemos en la cabina. Tras ello, nos encargamos de cerrarla y atarla dentro del camión antes de iniciar el viaje», detalla José Luis.

Otro factor con el que deben luchar a diario es la soledad, ya que deben permanecer todo el tiempo posible dentro de su vehículo. La necesidad de distanciarse del resto de personas para no propagar los contagios impide que puedan estar en zonas comunes o hablar con otros compañeros de profesión en los tiempos de espera o descanso. Estas cuatro paredes se convierten en un improvisado comedor o incluso en un dormitorio en el que poder descansar. Es por ello que las empresas, centradas ahora casi únicamente en el transporte de suministros de primera necesidad, tratan de evitar los desplazamientos de larga duración.

La provincia de Burgos da trabajo a unos 5.000 transportistas y un 60% de estos ya se ha visto obligado a detener su actividad. Gran parte de ellos se enfrentará en los próximos días a expedientes de regulación temporal de empleo. Desde la asociación burgalesa Asebutra se prevé que a principios de esta semana se alcance la cifra máxima de detención de la actividad productiva, confirmada tras la decisión del Gobierno de parar desde hoy la no esencial. Quienes sí continuarán con su labor serán los encargados de transportar suministros de primera necesidad como alimentos o productos sanitarios.

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En estos ámbitos la demanda se ha mantenido y se dedica, especialmente, a abastecer a los supermercados y comercios de alimentación. También se mantiene el transporte fabril, aunque en unos niveles descendentes a raíz del cierre de numerosas fábricas.