Diario de Castilla y León

ECONOMÍA / CORONAVIRUS

El comercio burgalés se reinventa frente a la pandemia

Una veintena de concesionarios del Mercado Norte han comenzado esta semana a repartir pedidos a domicilio  

María Báscones, de la frutería 'La Duendecilla', entrega un pedido. ISRAEL L. MURILLO

María Báscones, de la frutería 'La Duendecilla', entrega un pedido. ISRAEL L. MURILLO

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NATALIA ESCRIBANO / BURGOS
Valladolid

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Las acciones de ayuda al prójimo en estos días de confinamiento no paran de brotar en cualquier rincón de la ciudad. La compra de los productos de alimentación se hace complicada cuando los ciudadanos tratan de salir lo menos posible de casa, aunque sí que está permitido salir a reponer la despensa.

Pero ¿y si te traen la fruta, la carne, el pan y los huevos a casa sin necesidad de moverte? Una veintena de concesionarios del Mercado Norte se han puesto manos a la obra y desde este jueves atienden por teléfono, recogen pedidos y los entregan a la puerta de los domicilios en cualquier punto de la capital. No se han limitado a la zona centro a la hora de realizar este trabajo «porque no es el momento de cribar y si alguien lo necesita nosotros se lo llevamos», asegura Carmen de la Calera, presidenta de la asociación de concesionarios del Mercado Norte y responsable de la Charcutería Carmen.

Desde que se declaró el Estado de Alarma con la restricción de movimientos para la población, la afluencia de clientes a los puestos tradicionales había ido bajando tras un primer momento en el que las tiendas de alimentación no daban abasto a atender a la ciudadanía que compraba como si no hubiera un mañana.

En la segunda semana de confinamiento se notó un parón como explica María Báscones, del puesto de frutas La Duendecilla. De esta manera, esta iniciativa además de ayudar a quienes están en su casa contribuye a sostener la actividad económica de quienes viven de los puestos del Mercado Norte.

La afluencia de clientes ha ido bajando en la segunda semana de confinamiento

«Estamos muy contentos, nos han ido entrando pedidos y en cuanto agrupo unos pocos una de las empleadas sale a repartirlos», explica De la Calera. En su puesto se puede encontrar productos de charcutería, pero una clienta le solicitó pan y huevos y Carmen se lo fue a buscar a las tiendas vecinas para reunir y completar las necesidades que tiene la familia que contactó.

Según añade, «nos están llamando clientas de toda la vida y también otras personas a las que no conocemos, pero a las que atendemos con la misma dedicación». Además, pone en valor la frescura y la calidad de los productos del mercado de abastos.

Entre los concesionarios que se han apuntado a dar este servicio hay pescaderías, encurtidos, carnicerías, fruterías, congelados, pollerías y establecimientos de morcillas, entre otros, todo lo necesario para llenar la nevera.

Cualquier persona que tenga la necesidad de que les lleven la compra a casa puede ponerse en contacto con alguno de los puestos que han dado este paso. En principio, al ser por teléfono creen que van a poder llegar a las personas de más edad, pero el servicio está abierto a todos los públicos. «Me acaba de llamar una madre que está con dos niñas pequeñas sola en casa y no pueden salir las tres, así que nosotras se lo llevamos», comenta.

Por su parte, Báscones añade que ya llevaba pedidos a domicilio desde que hace 16 años se instaló en el Mercado Norte, en su caso en la planta sótano, pero ahora el servicio se abre a otras personas que no son clientes de toda la vida. «Encantada de poder trabajar y de poder aportar y arrimar el hombro en estos días», precisa, a la vez que asegura que «te sientes bien por poder ayudar y también por mantener la actividad del puesto que estaba estos días a medio gas».

Te sientes bien por poder ayudar y también por mantener la actividad del puesto que estaba estos días a medio gas

Como se ha reducido la actividad de venta, los comerciantes tienen más tiempo para dedicar a los pedidos a casa «y si no tenemos nos vamos apañando, la gente tampoco tiene prisa porque se lo lleves antes o después». En el caso de que aumenten mucho los pedidos no descartan realizar alguna contratación. «Vamos a aprovechar este periodo de experiencia piloto porque no sabemos si esto va a hacer falta en más ocasiones o si es un servicio que puede interesar a nuestra clientela en el futuro», precisa la presidenta de los concesionarios.

Los comerciantes se han pertrechado con todos los elementos de protección necesarios en estos días para hacer el reparto con seguridad. Los guantes son imprescindibles y las mascarillas que lleva María Báscones son en este caso de tela. Esta frutera ha estado repartiendo pedidos desde la calle Molinillo, hasta Derechos Humanos, en Gamonal, e incluso hasta Villafría, donde llevó el pedido a una clienta conocida para quien no dudó en desplazarse al supermercado porque también le pidió leche, aceite y galletas que no podía conseguir en los puestos de sus compañeros.

En cuanto a los medios de pago, lo más habitual es el llevar datáfono para las tarjetas de crédito, pero también se acepta dinero en efectivo e incluso transferencias bancaria para adaptarse a lo que necesitan los clientes.

María Báscones entiende que con esta actividad van a estar más expuestos al coronavirus, sin embargo asegura que toman todas las medidas de prevención que recomiendan las autoridades sanitarias. «En algún momento podemos sentir miedo, vas pensando las cosas más, pero estamos trabajando con mucho ánimo», añade.

Presencial

Durante estos días la compra presencial en el Mercado Norte «va más lenta» y las personas que se acercan se nota que compran para  varias casas, así aprovechan para llevarse productos de primera necesidad para sus familiares más mayores o para los hijos que están trabajando y tienen menos tiempo. Para acceder a la plaza de abastos se han establecido una serie de limitaciones, como en otras tiendas, para evitar aglomeraciones. Así, pueden comprar 160 personas a la vez, un número que permite bastante aforo por la cantidad de superficie comercial, dividida en dos plantas.

En el caso de la Charcutería Carmen este paso de los pedidos a domicilio representa uno más en el cambio de costumbres de los clientes. Ahora es obligado, pero esta vendedora dispone de una aplicación para móvil, ‘La olla rápida’, desde donde también recoge pedidos y se puede pagar el servicio.

Las iniciativas de este tipo no paran de surgir y, en las últimas horas, también el Mercado Sur, en la calle Miranda, se ha sumado a la entrega de pedidos a domicilio. Una decena de puestos realizan esta labor en Burgos y en su Alfoz y los interesados pueden contactar también por teléfono con los concesionarios.

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