El juez Taín asegura que "el nacionalismo nunca será una opción política"
El juez Vázquez Taín presenta su libro ‘Pulso al Estado. Claves para entender el juicio del procés’ en el MEH / Aborda el juicio desde un punto de vista social, político y jurídico
El juez José Antonio Vázquez Taín presentó ayer en el Museo de la Evolución Humana su libro Pulso al Estado. Claves para entender el juicio del ‘procés’ en un diálogo que compartió con el director de EL MUNDO-EL CORREO DE BURGOS, Ricardo García. El ensayo aborda el juicio desde una perspectiva histórica, sociológica, política y jurídica y explica «de una forma sencilla y amena» un proceso que «empezó a gestarse mucho antes».
Tras realizar colaboraciones en Cope tratando de explicar a los oyentes qué sucedía cada día en el juicio del ‘procés’, la editorial España le planteó ponerlo por escrito. «En ese momento me vi en la necesidad de explicar cómo se había llegado a este juicio, es decir, cómo un país democrático y civilizado tiene que sentar antes los Tribunales a los responsables de una comunidad autónoma», apunta y asegura que se vio obligado «a explicar conceptos tan básicos como de dónde surgen los nacionalismos, su significado en Europa y cómo han llegado a generar dos guerras mundiales y no hemos aprendido nada». Y por qué conceptos tan básicos como nación «se están alterando para vendernos ideas utópicas o cómo se puede manipular los derechos para crear eslóganes publicitarios como ‘Derecho a decidir’, que no tiene ninguna acepción jurídica».
Aunque la obra aborda el asunto desde los prismas jurídico y político, en el ensayo tiene un peso importante el análisis sociológico. «El problema de base en este asunto es que damos por ciertos determinados conceptos que no lo son y el principal es que ‘el nacionalismo es una opción política’, algo que no es cierto», señala y asevera que «el nacionalismo nunca será una opción política sino que es una mezcla de opciones sociológicas, psicológica o histórica».
Pone como ejemplo formaciones como PNV, un partido de extrema derecha, y ERC, de extrema izquierda. «Ambos son socios y son tan nacionalistas el uno como el otro. El nacionalismo solo es una postura histórico- social que quiere convencer a la gente de que lo suyo es lo mejor», apunta.
A tenor de la sentencia, el juez hace referencia a «la parte que nadie se ha leído». 120 páginas en las que «los jueces explican que las urnas son lo de menos e inciden en que lo más importante es el respeto al Estado de Derecho y la separación de poderes y en que sean los políticos los primeros en cumplir con la Justicia».
Hablar de rebelión o de sedición «depende de un matiz», que el magistrado centra en que «en Cataluña ahora mismo no rige el régimen constitucional porque no hay respeto a las instituciones del Estado, ni a la pluralidad lingüística, ni a la mitad de los ciudadanos catalanes que nos son independentistas». Desde esa perspectiva, «el ‘procés’ fue una realidad que ha culminado el ataque a la Constitución y eso es una rebelión».
Aunque la sentencia debería haber supuesto «el punto y final de este proceso», la realidad es que «lo sorprendente es que los políticos no van a hacer caso a lo que ha sido una llamada de atención» porque «están haciendo precisamente lo contrario tratando de arrinconar a la Justicia hasta que no les moleste para seguir con la misma cuestión».
Explica Vázquez Taín que el independentismo «está generando una fractura social en la igualdad de derechos entre todos los españoles, de respeto y de convivencia pacífica». ¿Tiene solución entonces esta situación? El magistrado lo tiene claro. «Como en todas las crisis graves, tiene que tocar fondo y aunque parecía que lo había hecho el 1 de octubre, parece que avanzamos hacia un nuevo referéndum/ negociación de la mano del PSOE, Junts per Catalunya y ERC, a los que lo único que les preocupa es eliminarse y hacerse con la Generalitat aunque sea a costa de agravar aún más la quiebra social». En este sentido, Vázquez Taín señala que «llegados a este punto tal vez es la sociedad la que debe marcar el ‘hasta aquí’ y caminar hacia una convivencia pacífica».
Precisamente a lo largo del ensayo, el magistrado se muestra especialmente crítico con la clase política y recuerda que el ‘procés’ «ha sido determinante durante todo este año electoral». Ha sido determinante «tanto para mentirnos con el ‘nunca pactaré con los independentistas’ y hacerlo al día siguiente, como para quienes lo usaron para coaccionarnos».
Caso Arandina
A tenor del caso Arandina, para el juez hay dos partes discutibles en la sentencia. Por un lado «si se respetó o no la presunción de inocencia y si los indicios de condena son o no suficientes». Señala que «habiendo pruebas a favor y en contra de su inocencia, hay que analizar si se valoraron adecuadamente y para eso están los mecanismos legales de revisión».
El otro pilar conflictivo de la sentencia tiene que ver con el número de años. «Las agresiones grupales antes no existían y no hay un artículo en el Ordenamiento Jurídico que lo recoja», explica y «debe ordenarse para que los supuestos menos graves no queden en abuso, es decir, que aunque no haya violencia la agresión grupal sí sea considerada agresión por la gravedad que implica». Pero también que «hay que establecer un límite en el número de años como ‘colaborador’ de la agresión porque no puede castigarse más una agresión que un asesinato».
Sobre otra figura de actualidad, la prisión permanente revisable, el magistrado señala que «es una institución muy válida para determinados perfiles delictivos, pero en España está incompleta» porque «se estableció para asesinatos de un perfil agravado, pero no para depredadores sexuales». Delincuentes que «pasan 20 años en prisión y al salir vuelven a reincidir».
En este sentido, el magistrado asegura que «hay personas con un perfil de difícil reinserción y si esa reinserción solo se basa en el tiempo que pasan en prisión, muchos se limitan a esperar y salir». La prisión permanente revisable «es la que le ‘obliga’ a trabajar con psicólogos y psiquiatras y recibir tratamiento para reinsertarse» y aclara que «la prisión permanente revisable no es una cadena perpetua, de hecho puede suponer menos tiempo en prisión que una condena de 25 años».