Diario de Castilla y León

SUCESOS

Nueva agresión machista en Burgos

La víctima, con 6 cuchilladas y «pérdidas de consciencia», fue dada de alta horas después

El suceso tuvo lugar en el número 16 de la calle San Lorenzo. / ISRAEL L. MURILLO

El suceso tuvo lugar en el número 16 de la calle San Lorenzo. / ISRAEL L. MURILLO

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Diego Santamaría

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A punto estuvo de convertirse en la tercera víctima mortal por violencia machista en la provincia de Burgos en lo que va de año. Afortunadamente, la joven de 27 años apuñalada por su compañero sentimental en la madrugada de ayer logró salvar la vida gracias a la rápida actuación de los servicios sanitarios que la socorrieron y trasladaron de urgencia al Hospital Universitario de Burgos. Fue su presunto agresor, M.S.M.S. (33 años), quien comunicó a la Policía Nacional, en torno a las 4:30 horas, que «acababa de matar a su pareja y que se iba a suicidar». 

Según fuentes policiales, la mujer fue localizada en las escaleras de la vivienda que ambos compartían en el número 16 de la calle San Lorenzo. Presentaba «pérdidas de consciencia» a causa de las heridas provocadas por un cuchillo de «grandes dimensiones» que los agentes encontraron en el cuarto de baño. En el interior del piso aún seguía M.S.M.S., detenido en el acto y también trasladado al HUBU para recibir asistencia médica. 

La víctima ingresó en el centro hospitalario a las 5:16 horas tras ser previamente estabilizada en la Unidad Móvil de Emergencias (UME) en la que se efectuó su traslado. Una vez allí, los facultativos de Urgencias, Cirugía General y Traumatología confirmaron la existencia de dos «heridas superficiales» en el abdomen, otras dos la región cervical, una en el hombro izquierdo y otra en el antebrazo izquierdo. Después de permanecer toda la noche en Observación «sin objetivarse complicaciones», fue dada de alta a las 9 y 20 de la mañana. 

 Por su parte, el presunto agresor ingresó custodiado por la Policía Nacional dos minutos después que la víctima. Según su versión, mantuvo una «discusión con su pareja», de ahí las «contusiones faciales» recogidas en el parte médico, que determinaba una «fractura de huesos» en la nariz. Una vez atendido, fue trasladado a dependencias policiales y puesto a disposición judicial. 

La víctima y el presunto agresor trabajaban desde hace aproximadamente un año en un establecimiento hostelero a escasos metros de su domicilio.

La noticia sobrecogió a los vecinos de esta céntrica zona de la ciudad y a los empleados de los negocios anexos al portal en el que residía la pareja. Ambos trabajaban desde hace aproximadamente un año en un establecimiento hostelero a escasos metros de su domicilio. «No podemos decir nada», respondían, visiblemente estupefactos, dos de sus responsables a preguntas de este periódico tras negar, de entrada, cualquier vinculación con el local. 

La propietaria de un establecimiento cercano al 16 de San Lorenzo no daba crédito a lo sucedido. Según su testimonio, la pareja se dejaba caer de vez en cuando por su local y nada hacía presagiar un episodio tan truculento porque «los dos eran majísimos»y jamás percibió actitudes violentas por parte de M.S.M.S. hacia su compañera sentimental. 

Tampoco imaginaba que ocurriría algo así la empleada de otro negocio hostelero que conocía de vista al presunto agresor porque se desplazaba habitualmente a su vivienda con el uniforme de cocinero que utilizaba en su puesto de trabajo. No en vano, aunque las apariencias muchas veces engañan, en este caso la víctima no había presentado «ninguna denuncia por malos tratos» en la Comisaría de Burgos y tampoco había solicitado «orden de protección o alejamiento sobre el detenido».

Pese a celebrar que la víctima se encontrase fuera de peligro, el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente, reconoció su «disgusto» por un nuevo caso de violencia de género que «ha podido tener un desenlace trágico». Por ello, volvió a insistir en la necesaria «implicación» de la sociedad y de todas las administraciones para promover la «tolerancia cero» en este tipo de situaciones que se cobran decenas de víctimas mortales cada año. En su opinión, combatir esta lacra es cuestión de «educación», «pedagogía» y «tiempo». 

Después de recibir el alta, la joven agredida fue recibida por el comisario jefe provincial. Además, tanto ella como sus familiares podrán recurrir a los «servicios psicológicos» de la Policía Nacional para sobrellevar este trágico episodio que casi acaba con su vida. Sin embargo, el subdelegado hizo hincapié en la implementación de esfuerzos para detectar episodios de violencia machista. El problema, apuntó, reside en el hecho de que «las víctimas siguen amedrentadas», por lo que a veces resulta imposible aplicar mecanismos preventivos como el sistema VioGén.

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