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TRIBUNALES

La Fiscalía reitera el ensañamiento con Sara

Defiende las penas impuestas a Roberto H. y Davinia M, quien «priorizó egoístamente su interés sobre la integridad física de la menor»  / Solicita que se retire la patria potestad de la madre sobre su primogénita 

Los abogados de Roberto Hernández y Davinia Muñoz junto a la fiscal, ayer, en Burgos, en el TSJCyL (ISRAEL L. MURILLO)

Publicado por
Diego Santamaría

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Roberto Hernández asesinó con ensañamiento a la pequeña Sara, de 4 años, motivado además por su «sentimiento de odio hacia personas de otra nacionalidad». Lo volvió a poner ayer de manifiesto el Ministerio Fiscal en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) durante la vista por los recursos de apelación interpuestos por las defensas del acusado y de la madre de la niña, Davinia Muñoz , tras la sentencia de la Audiencia Provincial de Valladolid que el pasado mes de junio les condenó a prisión permanente revisable y 27 años y 11 meses de cárcel, respectivamente. 

Pese a que las defensas de los acusados volvieron a plantear dudas sobre la autoría material del crimen a manos de Roberto, la fiscal remarcó que no existe «ninguna duda» de que fue «la única persona que pudo cometer estos hechos». En lo concerniente al ensañamiento, puso de manifiesto que la «batería de golpes» que Sara recibió el 2 de agosto de 2017 denotan una «brutalidad importante» contra «una persona absolutamente desvalida». Además, reiteró que las conclusiones de los forenses apuntan «claramente» que el acusado violó a la menor, por lo que se descarta la versión de que los desgarros que presentaba obedeciesen a un golpe. 

En sintonía con las acusaciones, la Fiscalía recordó también el envío de mensajes, vía WhatsApp, en los que el acusado manifestaba su aversión a los extranjeros, especialmente a los rumanos. Por lo tanto, el apodo de ‘Rumanilla’ con el que denominaba a la niña no era cariñoso sino «todo lo contrario».

Asimismo, subrayó que «toda la acción que desarrolla Roberto en el domicilio familiar está enfocada a Sara», cuyo padre biológico, Marinel Feraru , es oriundo de Rumanía. De igual manera, los letrados de Feraru y de la Asociación de Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos ( Adavasynt) y Clara Campoamor dieron por válida dicha tesis. De hecho, la abogada de Adavasynt señaló que el asesino estaba vinculado a un partido de ideología «nazi». 

El Ministerio Fiscal no solo recalcó su conformidad con la pena impuesta a Roberto Hernández sino también con la de Davinia Muñoz, quien «priorizó egoístamente su interés sobre la integridad física de la menor». Sus argumentos a la hora de impugnar el recurso presentado por la defensa de la madre se amparan, sobre todo, en el «conocimiento cierto» de que Sara sufría malos tratos por parte de Roberto, tal y como le venían advirtiendo los médicos que examinaron a la niña, la Policía, los Servicios Sociales y sus familiares. Sin embargo, Davinia adoptó una «postura obstaculizadora» que justifica su condena por un delito de comisión por omisión y no por imprudencia o complicidad. 

Antes de rebatir los alegatos de las defensas, la Fiscalía expuso los motivos de su recurso de apelación para que se retire a Davinia la patria potestad de Andrea, su primogénita , que tenía 14 años cuando se cometió el vil asesinato. El primero, al igual que en casos de violencia de género, se sustenta en el hecho de que Andrea también es víctima y que en su momento careció de protección efectiva por parte de su madre. En este sentido, también indicó que la patria potestad debe «evitar la exposición a situaciones de violencia familiar», algo que la acusada no hizo. 

Aunque Andrea no presenciara el asesinato de Sara, la fiscal aseveró que era «consciente» de que su madre estaba «obstaculizando la labor de intervención de los Servicios Sociales» pese a que las lesiones eran «cada vez mayores». Por último, hizo hincapié en que la comisión por omisión se produjo ante «hechos muy graves», amén de considerar que el mantenimiento de la patria potestad entraría en «manifiesta contraposición» con los intereses de la menor a la hora de recibir la compensación económica que le corresponde por la muerte de su hermana. 

Si en algo coincidieron las acusaciones fue en los intentos, por parte de la defensa de Roberto, de «desviar la atención» hacia Marinel Feraru. Sobre este aspecto incidió su letrada al rememorar que el asesino conminó a Davinia a acusarle de malos tratos. Finalmente, la denuncia se archivó porque era «mentira». 

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«A la madre no le importa lo que le pase a la niña», afirmó el abogado de Clara Campoamor al recordar que cuando estaba ingresada advirtió a su pareja de que había policías, amén de preguntar «solo» por Roberto durante el registro de su domicilio. Después, cuando ambos estaban en prisión, le escribía instándole a «organizar la defensa» para «ser felices cuando salgamos de aquí».